El Banco Central siguió ayer vendiendo reservas internacionales para frenar las presiones cambiarias. Entregó 150 millones de dólares, en la semana totalizó ventas por 762 millones y acumula 1698 millones en lo que va del mes. Así el dólar cerró la semana en 20,54 pesos, con un retroceso de cinco centavos respecto del jueves, mientras el mayorista se ubicó en 20,21 pesos, al disminuir tres centavos. Las reservas internacionales finalizaron en 60.889 millones de dólares, con una retroceso de 248 millones. El organismo a cargo de Federico Sturzenegger mencionó esta semana que pretende alcanzar un nivel de reservas equivalente al 15 por ciento del PIB, cuando hoy es de 10 por ciento. El objetivo parece complicado de alcanzar si se tiene en cuenta que la entidad vende divisas a un promedio de 100 millones de dólares diarios, para mantener fija la cotización del tipo de cambio.

El Central intervino en la plaza cambiaria desde temprano. Fue la misma estrategia que utilizó en los últimos días. Es la forma que tiene para marcar la cancha a los financistas y enviar la señal de que no va a dejar subir la cotización. El principal objetivo de esa estrategia, aunque no lo explicita, es evitar que el dólar suba por encima de los 21 pesos. En los últimos dos meses hubo una fuerte tensión de precios, con una inflación mayorista que ya acumuló entre enero y febrero un alza de 10 por ciento. En el Gobierno no quieren que el dólar siga presionando sobre el proceso inflacionario y le ordenaron al Central que evite una suba de la divisa. Esto llevó al organismo a cambiar su discurso y la acción. Hasta marzo afirmaba que el tipo de cambio flotante no provocaba impacto en la inflación. Pero en las últimas semanas empezó a reconocer en sus comunicados que el dólar impacta en los precios. 

El Banco Central tiene que usar reservas para frenar la cotización del tipo de cambio porque la tasa de interés en pesos ya no convence a los inversores y la dolarización de las carteras empezó a acelerarse este año. La tasa de las Lebac a corto plazo se ubicó ayer en 26,5 por ciento en el mercado secundario, al tiempo que cerró en 25,7 por ciento en las letras de mayor plazo (177 días). Desde que las tasas de interés empezaron a bajar en forma gradual la expectativa de devaluación comenzaron a subir. En el mercado de futuros se negociaron ayer 934 millones de dólares. Para enero del próximo año se pactaron contratos con una cotización a 23,74 pesos.

Las presiones cambiarias no fueron el único elemento de incertidumbre esta semana. La bolsa fue otro factor de tensiones en la city. Ayer el MerVal anotó una contracción de 1,4 por ciento hasta descender a 31.461 puntos. En la semana, la baja de las acciones acumuló un 3,3 por ciento. El volumen de negocios operados totalizó 580 millones de pesos. Las pérdidas más importantes se observaron en Central Costanera (-4,1 por ciento) y Consultatio (-4,5). Se destacaron por su cantidad de operaciones las bajas de YPF (-1,4 por ciento) y Central Puerto (-2,7). Estas dos firmas explicaron el 23 por ciento del volumen negociado en la jornada. Entre las empresas que marcaron subas estuvieron Petrobras (1,3 por ciento) y Siderar (0,7). En lo que refiere a los bonos públicos, el Bonar 2024 cedió un 0,3 por ciento; el Bonar 2020, un 0,2 por ciento; el Discount bajo ley argentina (-0,6 por ciento); el Argentina 2037 (-0,6) y el bono a 100 años (-1,1).

Las caídas del MerVal y de los bonos estuvieron potenciadas por la tensión financiera a nivel mundial. Las bolsas de Estados Unidos siguieron en baja. El Dow Jones marcó un retroceso del 1,7 por ciento, en tanto que el S&P perdió 2,1 por ciento. A su vez, el Nasdaq anotó una baja de 2,4 por ciento. Estas pérdidas estuvieron vinculadas con el peligro de una guerra comercial entre China y Estados Unidos. En los mercados internacionales existe temor por este conflicto y los capitales empiezan a salir de las acciones para refugiarse en inversiones seguras. La situación se potencia por la mala performance que anotaron las tecnológicas estos días, tras el escándalo global de Facebook, en el que salió a la luz el robo de datos de 50 millones de cuentas de usuarios.