“Es el hielo, Georgie... sólo es el hielo”, le dice un marino a otro en un pasaje de The Terror tan certero como ignorante de lo que encierra esa frase. Él, junto a ciento veintiocho hombres más, está varado en el Ártico, parte de una exploración que empezó con pompa, en su transcurso se topó con varios males y terminará mucho peor. La producción original de AMC incursiona en un caso asombroso y enigmático, cuando a mediados del siglo XIX, los miembros de la Royal Navy británica sucumbieron al aislamiento, la hambruna, pestes y violencia. La señal estrena hoy a las 22 el primero de los diez episodios de la serie que cuenta con la producción ejecutiva de Ridley Scott. 

Su título alude al nombre de uno de los navíos que formaban parte de esa travesía –el HMS Terror y el HMS Erebus– con la misión de abrir un pasaje en el hostil territorio del noroeste canadiense. Tenían provisiones para aguantar durante varios meses Y el apoyo de toda una nación; su capitán era un viajero que ya había liderado con éxito varias campañas. Que ambos barcos desaparecieran alimentó la leyenda y dio pie a todo tipo de especulaciones. La novela de Dan Simmons, publicada en el 2007 y base para esta miniserie, tomó el caso para descifrar e imaginar lo qué sucedió con las embarcaciones y sus tripulantes. A la luz de las revelaciones modernas se sabe que se trató de un combo siniestro de enfermedades (hipotermia, neumonía, tuberculosis, escorbuto, envenenamiento); hubo además indicios de canibalismo, caos y sedición. Es como si The Terror reversionara El Señor de las moscas de William Golding con enérgicos hombres de mar cercados por aguas congeladas.  

Con ese material, el equipo creativo se hace un festín que avanza a paso seguro y lento como un mastodonte. Según afirmó Ridley Scott, se trata de una historia doblemente interesante por su exotismo y por lo que se sabe de lo que aconteció. “The Terror captura una rara combinación de elementos: tenemos una historia fantástica, personajes complejos y defectuosos, el espíritu humano inextinguible, el horror y la promesa de un mundo inexplorado”, sumó el showrunner, David Kajganich. La ficción abona un pánico opresivo que, por otra parte, sirve para retratar las desgracias del proyecto. Puede que a los personajes los aceche un monstruo al estilo Lovecraft pero el engendro más letal es el que brota cuando el hombre se encuentra con su raíz más bestial.  

“Este es el momento de enfrentarnos a nuestra gloria, a nuestro destino”, envalentona a los suyos John Franklin (Cirian Hinds), el líder de la misión. Junto a él desfila toda una comarca de “englishmen” y cuando empiecen los problemas, toda la prosapia y la cadena de mando se irán al infierno. Uno helado, claro. Entre ellos están Francis Crozier (Jared Harris) y James Fitzjames (Tobias Menzies de Outlander). Uno de los grandes aciertos es el elenco donde ninguno de los actores desentona ni necesita opacar al otro. A nivel narrativo, la entrega ofrece el seguimiento a estos sujetos y el choque de visiones sobre lo que deben hacer para sobrevivir mientras a su alrededor todo es degradación. La otra línea es más metafórica y alude a la altanería de ese imperio europeo frente a lo desconocido. “Venimos de Gran Bretaña, muy muy lejos, queremos llegar a China y a India”, le explica otro de los marinos a una esquimal que lo mira con ojos despavoridos. 

La puesta en escena es otro de los grandes aciertos de The Terror. La cámara, sea con sus panorámicas o en los salones victorianos, responde al encierro y al espíritu gótico. Como si los decimonónicos cuadros marinos tomaran vida e invitaran al espectador a recorrerlos por sus rincones. Si bien hay escenas con desgarramiento de piel, salpicones de sangre y duelos verbales, no hay bombardeo visual ni vueltas de tuerca de guión. Se trata, en definitiva, de la crónica de un encallamiento y de lo que intentarán los expedicionarios por seguir vivos. No por nada Ridley Scott se subió a este proyecto. Es lógico que se haya sentido seducido por esta historia. Parafraseando la máxima de Alien, “en el Ártico nadie te escuchará gritar”.