La tensión entre las principales potencias del mundo por el envenenamiento del espía ruso Sergei Skripal se sigue intensificando. Después de que Gran Bretaña echara a 23 diplomáticos rusos con la convicción de la injerencia de Moscú en el supuesto atentado, al menos quince países, con Estados Unidos a la cabeza, replicaron esa medida. Donald Trump ordenó esta mañana la expulsión de 60 funcionarios rusos y el cierre del consulado de ese país en suelo estadounidense. Además, Canadá y 14 países de la Unión Europea consensuaron hacer lo mismo, tras una reunión del bloque. 

Doce diplomáticos rusos de las Naciones Unidas con sede en Nueva York y otros 48 que se desempeñaban en la embajada serán deportados por el gobierno de Estados Unidos por “operaciones encubiertas de inteligencia que vulneran la seguridad nacional”. El puesto clave de esas acciones que la Casa Blanca detectó estaría en el consulado que funciona en Seattle, motivo por el cual Trump también dispuso su cierre. 

Esta es la respuesta más fuerte del gobierno estadounidense desde que se desató la crisis diplomática entre Gran Bretaña y Rusia por el supuesto envenenamiento de Skripal el 4 de marzo. Desde entonces, la tensión entre la primera ministra Theresa May y Putin fue creciendo. 

El fin de semana, un amigo del ex espía aseguró que Skripal había pedido al Kremlin que le permitiera volver a Rusia para poder visitar a sus familiares. El pedido de perdón, según relatan medios británicos, habrían llegado por la desconfianza que existía sobre el agente, a pesar de que el estado ruso lo liberó en 2010 tras cuatro años de cautiverio como resultado de un programa de intercambio de espías. 

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que 14 países de la UE decidieron expulsar a diplomáticos rusos “de forma concertada” .

"No se excluyen nuevas medidas adicionales, incluyendo más expulsiones, en los próximos días" agregó.