El Banco Central mantuvo ayer la tasa de interés de referencia en 27,25 por ciento. La autoridad monetaria aseguró que, pese a las tensiones de precios de la primera parte del año, la inflación bajará en la segunda mitad de 2018. El optimismo de la entidad respecto de la evolución del proceso inflacionario es inquebrantable. El problema es que en la práctica los pronósticos no se cumplen y el ritmo de avance de los precios se mantiene en torno al 2 por ciento mensual. Federico Sturzenegger dijo que en 2016 la inflación sería del 25 por ciento y se ubicó en 41 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires, y estimó 17 por ciento para el año pasado, pero llegó a 24,8 en la medición del Indec. Ahora la expectativa del BCRA es que los salarios actúen como ancla para el IPC, “al pactarse paritarias de manera consistente con la meta oficial del 15 por ciento”.

Una hora después de confirmar que mantiene sin cambios la tasa de referencia en 27,25 por ciento, el Banco Central comunicó su octava intervención consecutiva en el mercado cambiario para evitar una disparada del dólar. Después de negarlo durante dos años, la autoridad monetaria terminó por reconocer el impacto directo de la suba del dólar sobre la inflación. Ayer la liquidación de reservas frente a una demanda de divisas que no afloja llegó a 158,9 millones de dólares, para totalizar 1926 millones desde el 5 de marzo. La cotización del billete verde subió un centavo al público, a 20,50 pesos para la venta, mientas que en el segmento mayorista bajó dos centavos, a 20,19 pesos.

“El BCRA advirtió en su último comunicado que veía una divergencia entre la presión sobre el valor del peso y su visión sobre la política monetaria”, recordó la entidad en el comunicado donde explicó por qué no tocó la tasa rectora y por qué interviene para frenar al dólar. “En consecuencia, continuó interviniendo para sostener el valor de la moneda, en la convicción de que una depreciación mayor a la ya ocurrida no estaría justificada ni por impactos económicos reales ni por el curso planeado de su política monetaria y que, de no evitarse, tendría el potencial de ralentizar el proceso de desinflación”, admitió. 

Pese a ello, el Central mencionó que marzo no cambia la tendencia y habrá otra vez una inflación alta. “Los indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas que monitorea el Central indican que la inflación núcleo de este mes se mantendrá en registros elevados”, indicó la entidad. Pero afirmó que estas tensiones son momentáneas. “Consideramos que la aceleración de la inflación de los últimos meses es transitoria y que se debe a los fuertes aumentos en los precios regulados y a la rápida depreciación del peso entre diciembre y febrero. Superados estos factores transitorios, la inflación consolidará su tendencia a la baja”, dijo, como si esos eventos no fueran responsabilidad del Gobierno y de su propia gestión.

Sturzenegger fundamentó esta perspectiva optimista para el segundo semestre a partir de cuatro factores. “La política monetaria es más contractiva que la observada durante la mayor parte del año pasado. Las negociaciones salariales están pactándose de manera consistente con la meta del 15 por ciento. El proceso de ajuste de precios regulados se desacelerará fuertemente después de abril. Finalmente, el nivel relativamente elevado del tipo de cambio real y la propia acción del Central llevan a no prever, en los próximos meses, depreciaciones significativas del peso”, indicó. 

Al evaluar en fino este diagnóstico quedan en claro dos cosas. La autoridad apuesta a que la baja de los salarios genere una moderación para el proceso inflacionario y que la apreciación cambiaria que promueve con la intervención del precio del dólar sea otro factor para contener los precios. Son justamente los motivos que hasta marzo negaba que tuvieran incidencia en el proceso inflacionario. Por supuesto que el Central no pierde las muletillas. “El actual sesgo de su política es adecuado en su escenario base en el que, una vez concluidos los impactos transitorios arriba mencionados, la inflación desciende al sendero buscado. Pero estamos listos para actuar, ajustando la tasa de política monetaria, si ello no ocurre”.