La Unión Soviética (URRS) resurgió durante dos minutos en un partido de rugby. El hecho ocurrió en Alemania en el marco del torneo Seis Naciones B justo antes del partido entre la selección local y Rusia. En el momento que se interpretaban los himnos, por casualidad o por esas cosas del destino, comenzaron a sonar por los parlantes del estadio las estrofas del himno de la ex URSS en vez del de la Federación Rusa. Eso no fue todo. El deja vu se redobló cuando los jugadores de ese país lo entonaron sin reparos y a viva voz.

El hecho sorprendió a los pocos que notaron el yerro cometido por la organización de ese partido por los cuartos de final del torneo que finalmente ganó Rumania. Es que la música entre el himno viejo y el actual son casi similares. Casi porque lo que cambió es la letra. El soviético hace loas a Lenin y al comunismo en tanto que el ruso canta glorias a “la patria libre” y a la “eterna unión entre hermanos”.

Desde ya que la variación musical fue advertida por los jugadores del equipo ruso, que comenzaron a mirarse extrañados. No obstante, comenzaron a entonar: “Viva la única y poderosa Unión Soviética/ creada por la voluntad de los pueblos”. Mientras, a su alrededor flameaban las banderas blanca, azul y roja. No aquella que tenía una hoz, un martillo y una estrella.

Al principio, no lo cantaron todos. Pero cuando llegó el estribillo, no lo dudaron: “El partido de Lenin/ la fuerza del pueblo/ nos conducirá al triunfo del comunismo./ Tras la tormenta nos iluminó el sol de la libertad/ y el gran Lenin nos alumbró”. A esta altura, varios se dedicaban sonrisas cómplices. No obstante, continuaron con la romanza abrazados y meciéndose.

Como se sabe, poco después de la caída del Muro de Berlín, en 1991, la URSS se desintegró y volvió a convertirse en Rusia, esta vez bajo el modelo de federación, y con ello cambiaron los símbolos patrios, escudo, bandera e himno. Pero los jugadores del equipo ruso demostraron que donde hubo amor, cenizas quedan.