Entre la imprevisibilidad de los astros, los vaivenes de las agendas y las probabilidades de la química, los encuentros son un estimulante esencial para las dinámicas del jazz. Más aún si se trata de re-encuentros. Ernesto Jodos y Guillermo Bazzola volverán a compartir música. Hoy a las 18 en la Usina de Arte, el pianista y el guitarrista evocarán los 20 años de la grabación de Long Ago, único registro del dúo formado hace 25 años. Bajo el amparo de los números redondos, Jodos-Bazzola volverán sobre las músicas de aquel disco  publicado por Revista Clásica, cuyo destino quedó íntimamente ligado a la ciudad que lo vio nacer: los ejemplares que quedaron guardados en el sótano del edificio en el que funcionaba la revista, por Cabildo y Blanco Encalada, terminaron devorados por alguna de las tantas inundaciones que devastaron la zona. 

Jodos y Bazzolla son parte de esa generación que desde la década de 1990 impulsó un buen momento para el jazz en Argentina. Bazzolla emigró en 2002 a España, donde actualmente reside. Allí desarrolló una destacable actividad como compositor, educador y periodista especializado en música, además de guitarrista, atravesando variedades entre el tango contemporáneo, el jazz clásico, el rock, el blues, el free jazz y la música experimental. Su discografía incluye más de diez títulos propios y numerosas colaboraciones. Jodos, por su parte, es uno de los más brillantes de esa generación. Su personal estilo destila tradiciones y vanguardias y su discografía, entre doce discos a su nombre y e innumerables participaciones en discos de otros artistas, es una de las más interesantes del jazz de Argentina.

El tema de Jerome Kern que da nombre al disco, una versión de “Lover Man”, obras propias - “Blue Ice” y “Endless Night”, de Bazzolla, y “Bitter Sweetness”, de Jodos-, además de una serie de breves e incisivas “Piezas improvisadas” son algunos de los momentos de Long Ago, aquel disco al que de alguna manera volverán en el concierto de la Usina de Arte. Posiblemente como otro dibujo del mismo motivo, o por lo menos como pauta para que la memoria trace sus juegos.

Jodos es parte, también, del Carlos Casazza Cuarteto, que por estos días lanza La sombra del sauce transparente, su nuevo disco, editado por BlueArt Records. Mauricio Dawid en contrabajo y Carto Brandán en batería completan la formación del cuarteto. La música de Casazza está impregnada de una voz personal y este disco acredita al guitarrista rosarino en un lugar propio, dentro del panorama local. De inmediato se lo reconoce desde lo tímbrico, con el sonido de la guitarra acústica con cuerdas de nylon. También resulta personal su síntesis estilística, que atraviesa y combina con equilibrio asperezas de hard bop, mansedumbres de baladas y desarrollos armónicos intrincados, en composiciones propias que sin dejar de ser elaboradas saben desembocar por caminos de claridad, horizonte ideal para los despliegues de la improvisación. 

El regreso de Garzone

George Garzone volvió a Bebop Club, uno de los reductos de jazz más acogedores de Buenos Aires. El viernes y el sábado pasados, el experimentado saxofonista cumplió otra de sus frecuentes visitas a Buenos Aires, esta vez al frente de un quinteto que se completó con Leo Genovese en piano, Mariano Loiácono en trompeta y flugelhorn, Belén López en contrabajo y Eloy Michelini en batería. Todos excelentes músicos, cuya variedad de raigambre enriqueció la propuesta. 

Garzone es integrante de The Fringe, un trío con bajo y batería con el que desarrolló sus ideas respecto a la improvisación –en este sentido, con lo que llamó el “Enfoque triádico cromático”, prolonga la lección de John Coltrane–. Frecuente aparcero de músicos de la talla de Danilo Pérez, Joe Lovano, Jack De Johnette, Rachel Z y John Patitucci, Garzone es además profesor de la Berklee y varias cosas más. Pero sobre todo es un espécimen de raza improvisadora, un animal de jazz. Es un tenor de vocabulario amplio, que maneja con musicalidad extrema el humor y el arte de la cita, además de sondear profundidades. Es capaz de instalar tanta tensión en un fraseo largo y quebrado como en una nota sostenida. Es un armador formidable, un propiciador de situaciones para sacar lo mejor de sus compañeros. Así fue como Genovese, pianista fuera de serie, le puso ideas propias a las ideas de Garzone, y Loiácono, sensible y preciso, se ajustó con creatividad. López y Michelini se mostraron sólidos en la base, con buen gusto para escaparse al frente en solos convincentes. 

Fueron buenos momentos de jazz en el primero de los shows internacionales anunciados por el club de la calle Moreno. La serie, según dicen, continuará los días 11, 12 y 13 de abril, con Jaques Morelenbaum. El violoncelista, compositor, arreglador y productor brasileño llegará a Buenos Aires con su excelente Cellosam3atrio, con Lula Galvão en guitarra y Rafael Barata en percusión. Se dice también que adelantarán temas de su próximo disco. La ola brasileña se prolongará con la encantadora cantante Rosa Passos, otra alta expresión del samba y la Bossa Nova, que llegará en Julio (18, 19 y 20). 

Tres nombres de lo más importante del jazz actual completarán la propuesta. Para el 27 y 28 de abril está anunciada la presencia de Antonio Hart, un saxo alto que se ha codeado con tipos como Dizzy Gillespie, Nancy Wilson, Nat Adderley, McCoy Tyner y Dave Holland y ahora es profesor en la Escuela de Música Aaron Copland en el Queens College City University de Nueva York. En septiembre estará el pianista Aaron Goldberg y en octubre un as de la fusión: el bajista Jeff Berlin.

 

Otro año de Jazzología

En tren de anuncios, hay desatacar el inicio de Jazzología, un clásico de Buenos Aires. El martes próximo a las 20.30 en la Sala Muiño del Cultural San Martín comenzará la 34º temporada del ciclo coordinado por Carlos Inzillo. El inicio es con Paris Jazz Club presenta: Woody Allen Night, un show con canciones que Woody Allen eligió para sus películas y otras que no, pero, como dicen los directores de la banda, Sebastián Misuraca y Francisco Villaveirán, “podrían haber estado tranquilamente”. Las entradas, gratuitas, se retiran desde dos horas antes de la función. 

El ciclo continuará todos los martes y para el 10 abril anuncia además a The Dixieland Friends. Una atractiva propuesta para los amantes del jazz estilo New Orleans, con un programa que incluirá clásicos como “Dr. Jazz”, “Blues del Techo de Lata”, “Hello Dolly”, entre otros. El 17 se presentará la cantante y compositora chilena Rossana Saavedra, con una propuesta que abraza el jazz y el soul. Junto a ella estarán Miguel Ocampo en piano y teclados, Flavio Romero en contrabajo y Tomás Babjaczuk en batería. El 24, en adhesión al Día Internacional del Jazz, con el auspicio del Thelonious Monk Institute de Estados Unidos y de la Unesco, se presentará el show Charlie Parker & Strings, donde sonará el cuarteto de Carlos Michelini Cuarteto y un ensamble de cuerdas.