El argumento nacionalista y revisionista no es exclusividad polaca: el gobierno turco acaba de condenar a largas penas de prisión a una abogada de derechos humanos y a varios periodistas por “desprecio a la turquicidad” y por faltarle el respeto al presidente Recip Erdogan. El caso es el de transformar en una cuestión de nacionalismo un simple delito de opinión política, en este caso la línea editorial de un diario que apoya la autonomía de los kurdos y critica las políticas turcas hacia esa minoría.

La mayor condena, de siete años y medio, la recibió la prestigiosa abogada de derechos humanos Eren Keskin, una de las editoras del diario Özgür Gündem. El diario fue cerrado por orden judicial en agosto de 2016 y se le abrieron causas a varios de sus responsables, en particular a la editora Reyhan Capan. Otros dos periodistas y una abogada del diario fueron condenados a penas de entre 5 y 18 meses en suspenso. Los cargos fueron por “desprecio a la turquicidad, la república y las instituciones estatales” y “ofensas al presidente”. Entre el viernes y el sábado, la policía clausuró y allanó al diario Özgürlükçü Demokrasi, que continúa al clausurado en 2016. Hubo 24 detenidos en la redacción y hasta en la imprenta, todos acusados de “ser miembros de una organización armada” y “hacer propaganda para una organización”.