A nivel superficial todo parece tranquilo en el proceso normalizador de la conducción de la CGT. Pero como dice el viejo refrán: la procesión va por dentro. Y es que hasta ahora lo único más o menos seguro es la reunión del Consejo Directivo que se realizará el próximo jueves. Mientras tanto continuarán las reuniones entre los diferentes sectores internos que tejen, sin solución de continuidad, acuerdos con miras a la elección de las futuras autoridades. En esa coyuntura, han comenzado a moverse los importantes gremios del sector de la industria. Por caso, la UOM mantendrá en los próximos días una serie encuentros con los gremios con los que tiene mayor afinidad para determinar si se suman al futuro Consejo Directivo. El gremio que lidera Antonio Caló y los que lo acompañan pretenden una CGT con capacidad para confrontar el ajuste del gobierno de Cambiemos.

La Unión Obrera Metalúrgica, uno de los sindicatos más importantes de la central sindical, había priorizado la discusión paritaria antes de concentrarse de lleno en el rearmado de la CGT. Durante la semana pasada, la UOM prácticamente selló el incremento salarial para este año con una suba que supera el 20 por ciento lo que en términos políticos-sindicales rompe el techo del 15 por ciento que venía imponiendo el gobierno y les permite posicionarse con mayor fuerza ante el resto de los grupos que le dan cuerpo a la CGT.

Por lo tanto, entre el martes y miércoles próximo la UOM se reunirá con un grupo de sindicatos que integran la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT). La conducción metalúrgica mantiene buena relación con estos gremios a los que incluso impulsó para que formaran parte del Consejo Directivo que se formó cuando se eligió el triunvirato en 2016. En aquella oportunidad estaba todo listo para que por lo menos cuatro gremios de la CFT, Bancarios, Pilotos, Sadop y Gráficos, se integraran al consejo. Un pedido de Palazzo fue rechazado sobre la hora del congreso por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo lo que provocó que la CFT se abstuviera de integrarse a la conducción. Ahora, los hombres de Caló intentarán que los gremios que conforman el “núcleo” de la Corriente sean parte de la nueva central obrera. Ese denominado núcleo de la CFT considera que es imperioso mantenerse dentro de la central obrera y no aceptan la posibilidad de jugar por fuera como pretendieron algunos hasta no hace mucho tiempo. “Nacimos como una corriente interna de la CGT y no podemos irnos”, aseguró uno de los dirigentes que integra el “núcleo”, quien además advirtió que la actual coyuntura es la menos conveniente para jugar en forma independiente.

En la UOM comparten esa lectura y por eso entienden que junto a estos gremios se podrá otorgarle el perfil confrontativo, sin despreciar la negociación, que necesita la CGT para estos tiempos políticos. Por caso, los metalúrgicos y la CFT fueron protagonistas de las movilizaciones del 14 y 18 de diciembre pasado cuando se intentó frenar la reforma previsional. Un ejemplo que hacia el interior de la central obrera demuestra que lo de estos gremios no es sólo discurso circunstancial sino que no le temen a las medidas de acción directa.

Pero la UOM no sólo se reunirá con miembros de la Corriente sino también con el otro gremio poderoso de la rama industrial: el Smata. En estos días hubo charlas entre sus conductores y hasta ahora hay consenso en la necesidad de que los referentes de este grupo de gremios ocupen algunas de las secretarías claves que tiene el Consejo Directivo. Si las charlas avanzan no sería extraño que reclamen la secretaría Gremial, la de Interior o incluso la secretaría general Adjunta.

Sin embargo, para la UOM las especulaciones sobre cuáles cargos reclamar se desvanecerán si se impone una central obrera mayoritariamente dialoguista. Entre los metalúrgicos no hay duda de que el conflicto social se incrementará fruto de las políticas de ajuste que continúa implementando el gobierno de Mauricio Macri y, por lo tanto, no tiene sentido repetir la experiencia fallida del triunvirato. El jueves próximo la actual conformación del Consejo Directivo de la CGT volverá a reunirse para organizar el camino que les permita tener, a más tardar en junio, una nueva conducción.