Un equipo internacional de investigadores detectó la estrella más lejana jamás vista, a 9000 millones de años luz de la Tierra, y la bautizó Ícaro, según un estudio publicado en la revista especializada Nature Astronomy. Los expertos observaban con el Telescopio Espacial Hubble un cúmulo de galaxias a 5000 millones de años luz y notaron una luz parpadeante al fondo de la imagen. El equipo, liderado por el investigador Patrick Kelly de la Universidad de Berkeley, California, precisó que la estrella azul Ícaro amplió su brillo 2000 veces por la gravedad del cúmulo de galaxias que observaban. Esta gravedad redujo el espacio-tiempo para magnificar la imagen de Ícaro, un fenómeno conocido como lente gravitatoria. El hallazgo es particularmente interesante porque las estrellas individuales, a diferencia de las galaxias, son difíciles de detectar debido a su tenue luz.