PáginaI12 En Perú

Desde Lima

El nuevo presidente Martín Vizcarra tendrá como brazo derecho a uno de los más activos promotores de la abrupta salida de su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski. Ayer juramentó como presidente del nuevo gabinete ministerial el congresista César Villanueva, quien fue un importante impulsor en el Congreso del juicio político para destituir a Kuczynski por cargos de corrupción, lo que finalmente no ocurrió porque un día antes del proceso parlamentario el ex presidente renunció, dejando el gobierno en manos de su vice, el hoy presidente Vizcarra. Un nombramiento que es un mensaje de Vizcarra para marcar distancias de su cuestionado antecesor. Esto no ha caído bien en la bancada oficialista, que, sin embargo, asegura que lo respaldará, anuncio hecho sin mucho entusiasmo. En cambio, el fujimorismo, que es mayoría en el Congreso, sí ha respaldado abiertamente la designación de Villanueva. En el gabinete de diecinueve ministros, en el que hay cinco mujeres, no hay personalidades, excepto el propio Villanueva, con un peso político significativo. Una debilidad que le puede pasar factura al gobierno. 

Villanueva es congresista por la derechista Alianza para el Progreso (APP), pero no es militante de esta agrupación política, que tiene ocho congresistas, sino un invitado en su lista parlamentaria. Ya ocupó la presidencia del Consejo de Ministros en el gobierno de Ollanta Humala (2011-2016), por un breve periodo de cuatro meses, entre octubre de 2013 y febrero de 2014. El nuevo primer ministro tiene una trayectoria política similar a la del presidente. Ambos vienen del interior del país y han sido gobernadores en sus regiones. Coincidieron en el tiempo como gobernadores y en las coordinaciones que se hacían en la Asamblea de Gobiernos Regionales. Desde entonces viene la cercanía entre ambos. Los dos ganaron prestigio como gobernadores regionales exitosos. 

“Este es un gabinete distinto a los de Kuczynski, en el sentido de que está más alejado del mundo empresarial. Villanueva es uno de los políticos más experimentados que tenemos y está en sintonía con el presidente. Por el papel que tuvo en las acusaciones contra Kuczynski, su nombramiento puede haber generado distanciamiento del Ejecutivo con algunos sectores de la bancada oficialista, pero la mayoría está viendo cómo colabora y sigue siendo parte de la bancada de gobierno. Al haber tanta debilidad partidaria en el Perú, Vizcarra busca ganar legitimidad criticando al gobierno saliente del cual él formó parte”, le declaró a PáginaI12 el politólogo Eduardo Dargent.  

La relación que vaya a tener el gobierno de Vizcarra con el fujimorismo que controla el Congreso y maniobra para ganar más poder y asegurar impunidad frente a las investigaciones de corrupción que involucran a su jefa, Keiko Fujimori, y otros de sus dirigentes, es una incógnita que le quita el sueño a muchos. Está por verse si este nuevo gabinete ministerial termina o no absorbido y dominado por el fujimorismo, un riesgo que muchos temen.    

“Está en duda la capacidad que tenga este gabinete, en el que hay varios desconocidos, de negociar y responder para enfrentar la dinámica de conflicto que podría darse con el Congreso. Me parece claro que no va a ser un gabinete de pelea con el fujimorismo, podría ser un gabinete de cierta cordialidad, de convivencia, con el fujimorismo, eso se verá con el tiempo”, opina Dargent.

Como ministro de Economía, la cartera más importante después del primer ministro, ha sido nombrado el economista David Tuesta, quien viene de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Una designación que garantiza la continuidad del modelo neoliberal. Habría llegado al cargo recomendado por Luis Carranza, quien fue ministro de Economía en el gobierno de Alan García (2006-2011). Deberá enfrentar una economía con un PBI en bajada, una caída en la inversión pública y privada, una reducción en la recaudación fiscal y una serie de demandas laborales. 

El historiador y analista político Nelson Manrique, le señaló a este diario que el nombramiento de Tuesta es “el mayor problema en este nuevo gabinete”. “Tuesta –añade Manrique– viene de una corriente económica ortodoxa y va a estar por el ajuste. Hay una serie de demandas laborales embalsadas, se anuncia una próxima huelga del magisterio, que el Ministerio de Economía dé recursos para mejorar la situación de los maestros iría en contra de la lógica económica que se le conoce a Tuesta.” 

En momentos que el escándalo Odebrecht golpea a buena parte de la clase política y la lucha contra la corrupción es uno de los mayores retos del gobierno, la designación como titular de Justicia del congresista oficialista Salvador Heresi, secretario general del partido de gobierno, ha causado serios cuestionamientos. Heresi, que es el único dirigente de un partido político en este gabinete, ha estado ligado a políticos cuestionados, e incluso procesados y sentenciados, por corrupción. Su nombramiento es visto como una concesión a la bancada y al partido oficialistas, descontentos con la designación de Villanueva, y también como un golpe a la lucha contra la corrupción.

“La designación de Heresi como ministro de Justicia es la peor noticia en términos de una voluntad real para luchar contra la corrupción por parte del gobierno”, asegura Manrique.

En Interior y Defensa van dos generales. En la Cancillería un diplomático de carrera, que tendrá su primer reto con la Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo el 13 y 14 de abril, enrarecida por el veto al venezolano Nicolás Maduro. En los otros ministerios asumen personajes sin mayor trayectoria política. 

“En las próximas semanas seguramente habrá un respiro, pero a mediano plazo las cosas se pueden poner complicadas. El reto del gobierno es ganar cierta popularidad y estabilidad. Para eso no veo un gabinete con el peso necesario”, concluye Dargent.