Desde la reforma de 1918, la educación superior tiene entre sus objetivos fundamentales el contribuir a una transformación social que permita superar progresivamente las desigualdades existentes. Desde una concepción que entiende a la educación superior como un bien público, donde el conocimiento se produce y se desarrolla socialmente, la universidad está basada en los conceptos de gratuidad, igualdad de oportunidades en el acceso, excelencia para todos y todas, y respeto a las diversidades.

En el marco de este modelo democrático de educación superior, el sector nodocente de las universidades nacionales ha venido ganando institucionalidad y visibilidad durante las últimas décadas. En efecto, a partir de su rol fundamental a la hora de mantener abiertas las instituciones académicas en todo el territorio, los nodocentes han ganado participación, tanto en Argentina como en la región.

Con demandas y desafíos comunes, América Latina ha sido así testigo del trabajo conjunto que se viene realizando en pos de reivindicar a los trabajadores universitarios. En clave regional, cumple una función central la Confederación de los Trabajadores y Trabajadoras de las Universidades de las Américas (CONTUA), cuyo presidente, el Secretario General de APUBA, Jorge Anro, propuso llevar la voz de los trabajadores a todos los escenarios de debate en materia de educación superior pública.

En este sentido, Anro señala que “el trabajador y la trabajadora nodocente de las Universidades viene construyendo su empoderamiento en procesos que pueden tener matices, en función de su realidad local pero que, en todos los casos, implica crecimiento y consolidación”.

“No hablamos solo de las Universidades de la Argentina” añade el dirigente. “En toda la región, con mayor o menor grado de dificultad, el camino que estamos recorriendo nos fortalece como actor político central en la vida de las instituciones universitarias”.

Quizá uno de los hitos más importantes en estos primeros pasos de la CONTUA haya sido su participación en la Conferencia Mundial de UNESCO sobre Educación Superior (CNES) en 2009, donde, por primera vez, los trabajadores universitarios estuvieron representados en este foro que abordó el desafío político que enfrenta la educación superior a nivel global, amenazada por los embates del nuevo capitalismo.

Anro no duda en destacar la importancia de formar parte de una Confederación regional: “Se amplificaron las oportunidades de visibilizar a nuestro sector porque la CONTUA se fue integrando a encuentros de trabajadores de la educación en general, a eventos de rectores, a diversos ámbitos en los que se debaten los diferentes aspectos de la problemática educativa en general y universitaria en particular”.

Sin dudas, la internacionalización de las demandas y conquistas ha constituido un logro muy importante para el trabajador nodocente, que ve redimensionada su labor y busca nuevos espacios de participación para aportar a la institucionalización de un modelo universitario con un rol más activo frente a las necesidades sociales y que tiene el desafío de universalizar la educación superior en Argentina y en la región.