- Racing arrancó mejor en una cancha complicada por la lluvia, pero no pudo marcar la diferencia por la muy buena noche de Armani.
- Gallardo metió mano en el equipo en el complemento y otra vez encontró en el banco lo que no le daban los titulares: los tantos de Borré y Palacios.
- Cuando los goles no se hacen en el arco rival, se sufren en el propio. Ese viejo aserto futbolístico le cae como anillo al dedo a lo observado anoche en Avellaneda.
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