Desde que empezó el juicio a la banda de Los Monos, el comisario Gustavo “Gula” Pereyra, uno de los 13 uniformados acusados de formar parte de la asociación ilícita de Los Monos, negó haber tenido participación en los delitos achacados. Aseguró haber hecho todo lo que le ordenaron sus superiores de la Secretaría de Delitos Complejos del Ministerio de Seguridad, Ana Viglione y Andrés Ferrato, que irán a juicio por falso testimonio. La fiscalía pidió que sea condenado a seis años de prisión por presunta connivencia con la banda, pero ayer el Tribunal lo absolvió. “Estaba claro que yo no intervine en nada de esto. Estoy contento, aunque esto sale después de cinco años de que me arruinaron la vida y la carrera por una cuestión política –dijo sobre los funcionarios–. Yo quería ser policía”, aseguró a este diario. Las pruebas a su favor fueron correos electrónicos que mandó entre 2012 y 2013 a sus superiores de la disuelta Secretaría de Delitos Complejos, quienes durante la investigación negaron haberle ordenado averiguaciones por narcotrático. En principio, el comisario había sido sobreseído en la causa por la que finalmente llegó a juicio. “El fiscal me acusó de pasar información (a la banda), pero no salió nada de eso, lo que pasó fue que toqué intereses que no tendría que haber tocado, y eso me costó la carrera, ocho meses de prisión, ser la cara de la corrupción policial, cuando otros lo eran”, lamentó. “La ex jueza (Alejandra) Rodenas dijo que yo tenía contacto fluido con el Monchi, y ahora tendría que explicarle a la sociedad cómo se tiene comunicación fluida con una persona, cuando no se habla”, lanzó el hombre que llegó al juicio en libertad.