Los jueces Leopoldo Bruglia y Eduardo Farah confirmaron el sobreseimiento del presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, en la causa en lo que se lo investigaba por tráfico de influencias, a partir de declaraciones de la aliada de Cambiemos Elisa Carrió, quien lo señaló como operador judicial a sabiendas del presidente Mauricio Macri. Angelici había sido liberado de culpas por el juez Sebastián Casanello, pero el fiscal Federico Delgado había apelado la decisión y requerido que la investigación continúe. Sin embargo, el fiscal ante la Cámara de Apelaciones, Germán Moldes, dejó caer la apelación en favor del presidente xeneize. En mayo pasado, Moldes había actuado de la misma forma para dejar caer la denuncia contra el titular de la AFI, Gustavo Arribas, por el posible cobro de comisiones ilegales ligadas al Lava Jato. 

"La prueba colectada en la causa no es perfecta pero si es suficiente y apta para fundar una conclusión", sostuvo Moldes al desistir de la apelación requerida por Delgado y dejar caer la investigación. La denuncia presentada en marzo de 2016 por el abogado Carlos Díaz solicitaba investigar el rol de Angelici a partir de una declaración de la diputada Carrió, quien en una entrevista había afirmado: "Voy a seguir ocupando de investigar la corrupción aunque Angelici lo quiera impedir. El presidente de Boca interfiere en la Justicia y el presidente de la República lo sabe." 

Carrió se había referido así al presidente de Boca para denunciar, en ese caso, una reunión entre Angelici y el ex juez Norberto Oyarbide, en la que le habría pedido que dé un paso al costado, algo que luego ocurrió ante un pedido formal del ministro de Justicia, Germán Garavano. 

En su apelación al sobreseimiento de Casanello, Delgado había calificado de "prematuro y erróneo" el fallo del juez de primera instancia y solicitado nuevas medidas de prueba, entre ellas, entrecruzamiento de llamados. Pero Moldes hizo su propia lectura de "la pesquisa de 20 meses" conducida por Casanello y la consideró "suficiente y calficada" para entender que no hubo delito en la conducta de Angelici, a pesar de reconocer que "la prueba colectada en la causa no es perfecta". 

Con esa decisión por parte de Moldes, los camaristas de la Sala I Bruglia y Farah resolvieron no continuar con la investigación por tráfico de influencias —que el Código Penal castiga con uno a seis años de prisión— y dejaron firme la decisión de primera instancia. 

Oyarbide quedó acusado de falso testimonio después de declarar en la causa. Cuando lo hizo, ya había renunciado como magistrado, a pedido de Garavano y luego de la negociación denunciada por Carrió públicamente. En su declaración, el ex magistrado dijo que no conocía a Angelici, lo cual quedó desmentido cuando se vieron fotos de ambos en una fiesta de cumpleaños del juez.

Además, Oyarbide había asegurado que no usaba teléfono celular, pero el fiscal adjuntó fotos en las que se veía a Oyarbide usando teléfono móvil y agregó la existencia de llamadas desde el celular de un empleado de Angelici al teléfono de la pareja de Oyarbide, cuando se produjo el cambio de gobierno. Así y todo, Casanello consideró que no había fundamentos para seguir con la investigación, algo que fue avalado por Moldes y ratificado por los camaristas.