Reino Unido quiere continuar trabajando con Estados Unidos y Francia en una respuesta común al supuesto ataque químico en Siria, se informó oficialmente ayer tras una reunión de Gabinete en Londres. La primera ministra Theresa May ha calificado el ataque del sábado de “impactante y bárbaro”, dijo una portavoz. Según May, es sabido que Siria usa gas venenoso y es muy probable que el gobierno del presidente Bashar al Assad sea responsable de lo ocurrido. En un bombardeo contra la ciudad siria de Duma el sábado pasado murieron más de 40 personas a causa de una sustancia química, según la organización humanitaria Cascos Blancos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que los síntomas de 500 pacientes tratados en la zona eran consistentes con su exposición a químicos tóxicos. Medios de comunicación británicos informaron que Reino Unido ya tiene submarinos en posición preparados para lanzar misiles de crucero hacia Siria. El Ministerio de Defensa se negó a hacer comentarios al respecto. La oposición pidió la participación del Parlamento de Londres en las decisiones sobre la crisis siria. “El Parlamento siempre debe tener voz y voto en la acción militar”, dijo el líder laborista Jeremy Corbyn.