A primera hora de la tarde de ayer, la Asamblea Nacional francesa empezó a debatir la operación militar en Siria. Ante un hemiciclo medio vacío, el primer ministro francés, Edouard Philippe defendió la decisión “difícil, legítima”, de Emmanuel Macron, afirmando que antes “de haber recurrido a la fuerza, fuimos hasta el final del razonamiento político y diplomático para convencer a Damasco”. En conferencia de prensa en París ayer, Macron dijo que los ataques tenían “legitimidad internacional”, a pesar de no estar amparados en una resolución de la ONU. Pese a ello, Macron fue criticado a izquierda y a derecha. La líder ultraderechista Marine Le Pen, lo acusó de no haber mostrado ninguna prueba del uso de armas químicas en Siria, críticas a las que se unieron Jean-Luc Melenchon, que encabeza el partido de extrema izquierda Francia Insumisa, y el líder conservador Laurent Wauquiez, que dijo que no creía “en los ataques de castigo”.