Durante su exposición en favor del derecho al aborto, la actriz Muriel Santa Ana compartió su historia frente al plenario de comisiones que debate el proyecto que cuenta con la firma de 71 legisladores de distintos bloques. Contó cómo interrumpió un embarazo, a los 23 años, en un “consultorio privado, en Barrio Norte, del jefe de obstetricia de un afamado hospital público”.  

“Me prepararon en una habitación más parecida a un pasillo que comunicaba con el quirófano. Era la cocina, amplísima, típica de esos edificios de categoría de Recoleta construidos en los años 50”, comenzó Santa Ana, quien luego explicó que decidió abortar porque “no deseaba ser madre ni inscribir mi cuerpo en el orden simbólico de la maternidad por imposición”. Más adelante aclaró que al momento de quedar embarazada estaba usando un diafragma como método anticonceptivo: "Si aún hoy es conflictivo que los hombres usen preservativo aduciendo pérdida de placer y manipulando la voluntad de las mujeres, imaginen que el abuso era mucho peor".

La actriz completó su relato declarando que “al poco tiempo aparecí tendida en otra camilla en el mismo pasillo estrecho del inicio, con mi mamá y mi hermana sosteniéndome cada mano. El medico se acercó, me dio un beso y me dijo 'ya pasó'”. Santa Ana subrayó que ella pudo practicarse un aborto sin poner en riesgo su vida gracias a su posición económica. “Yo tenía una mamá, un papá, una hermana, un trabajo, mis estudios, mis libros y conseguí la plata. No tuve que recurrir a una sonda, a una aguja de tejer ni a un sucucho sórdido sin asepsia”, subrayó aludiendo a la muerte de las mujeres que pierden la vida en abortos clandestinos.

Santa Ana advirtió que los legisladores deben reconocer que lo que se está debatiendo en el Congreso “no son los límites de la vida o de la muerte” y le preguntó a quienes todavía no han tomado una decisión al respecto: “¿qué significa para ustedes una mujer muerta? Acá se trata de aborto clandestino o aborto legal". "El aborto existe, existió y existirá legislen ustedes lo que legislen. Si este proyecto fuera rechazado, llevarán de por vida sobre sus espaldas a las muertas que produzca el aborto clandestino”, concluyó.