Violeta viene a nacer. Siempre viene a nacer, tal cual lo imaginó el escritor Rodolfo Braceli en su notable libro Y ahora, la resucitada de la violenta Violeta, que luego él mismo (acompañado por Rubens Correa y Javier Margulis) llevó al teatro con Virginia Lago como actriz. Pero ese siempre eterno, claro, hay que sostenerlo en el tiempo. Mantenerlo en el mundo de lo tangible, de lo sensible. En eso están ellas (Chiqui Ledesma, Dorita Chávez, Carla Giannini, Paula Ferré y Norma Peralta), cantoras que aunarán voces hoy a las 21 en el Teatro Monteviejo (Lavalle 3177). “Esta juntada es una especie de ramillete violetero”, sintetiza Giannini, cuya autoridad en el tema fluye de su voz y su origen: es chilena. Cuatro de las cinco, entonces (falta Peralta) están tomando café en el Bar Homero Manzi y entre las voces también resalta la de Ledesma. “Tenemos la suerte de tener a Carla, que es una sabedora profunda de la obra de Violeta Parra. Una entendedora y una buscadora. Que esté ella al lado hablándonos de Violeta, de Neruda, de Chile, es un regalo”, apuntala la Chiqui. 

No es la primera vez que las chicas confluyen. En 2010, bajo deseo de Giannini, ocurrió un primer encuentro. Una primera trama, que determinaría (siete años después) la grabación de un disco bajo el sintomático nombre de: Después de vivir un siglo (Argentina celebra a Violeta Parra). “Se cumplían los cien años del nacimiento de ella y decidimos hacer ese disco, un poco por deseo propio, y otro poco para `vengar` el homenaje lavado que se le había hecho en el teatro Colón”, refiere la cantautora chilena, acerca de un trabajo que también incluyó las voces de Teresa Parodi, Lorena Astudillo y Mónica Abraham. “Violeta se merecía otra cosa, algo que tuviera su figura en todo el abanico de su carpa, y así fue”, determina Gianinni, ante otra vendée musical que incluirá parte de las veintiocho piezas de Violeta elegidas para el disco. “Creo que cada una encontró en una parte de la obra de Violeta su propia personalidad, y eligió en consecuencia. No es casual que la Dori haya elegido las de amor”, se ríe Ledesma, mientras que a la Dori (Dorita Chávez) no le queda otra que hacerse cargo de “sus” temas. 

Uno de ellos es “Run run se fue pa`l norte”. “Tiene tal melancolía esa canción  que me pongo a llorar cuando la canto. Igual, prometo cantarla bien en público (risas), pero cuando lo hago para mí, no puedo evitar ese sentimiento que me atraviesa. Hay algo de Violeta que está bien puesto en la personalidad de cada una, y a mí engancha su lado romántico y rebelde a la vez, eso que expresa lo desolada que te podés llegar a sentir cuando un amor te deja… Violeta me pegó por ese lado”, cuenta la versátil Chávez, que también canta “Que palabra te dijera”. “A mí me vibra más la Violeta que denuncia”, tercia Ledesma, cuya voz reaviva “Me gustan los estudiantes” y “Según el favor del viento”. “Y yo”, interviene Ferré, “me agarré de la Parra apasionada, arrasadora, y románticamente guerrera. Por eso tomé ‘Qué he sacado con quererte’ y ‘La exiliada del sur’”, refiere la trovadora.

Al alma mater de la movida –Giannini, claro– le cupo perfecto no solo el rol de hilar el relato musical con décimas (“Los tiempos se van mudando” o “Verso por la niña muerta”, por caso), sino el de interpretar bellas anticuecas de Violeta, y piezas al tono como la tan preciosa como triste “Porque los pobres no tienen” y la otra vez necesaria “Los pueblos americanos”. “Violeta estuvo en toda mi historia… jugando a la rayuela, cantando la ‘Mazurquica Modérnica’ sobre el tocadiscos. No sé, cuando necesité hacer barricada estaba ella también; y cuando necesité regalar canciones de amor… así que siento que ella me ha atravesado en cada paso de mi vida, y sobre todo ahora, que hay que volver a cantar ‘Los pueblos americanos’, por ejemplo, cuando parecía que no iba a ser más necesario. Violeta fue una visionaria, una adelantada”, señala la cantora chilena. Respecto de las canciones que van a interpretar juntas, en tanto, enseguida prende mecha otra que infelizmente volvió a tener actualidad: “Arauco tiene una pena”. “La cantamos con mucho sentimiento, porque esa canción de alguna manera da cuenta lo que ha pasado con Santiago Maldonado, y lo que sigue pasando en el sur, con los mapuches”, señala Ledesma. 

Otras de las piezas de canto colectivo serán “Gracias a la vida” y “De cuerpo entero”, que –como el resto del repertorio– contará con los aportes musicales del guitarrista Osvaldo Burucuá, y la percusión de José Balé. “Ellos, tanto como pasó con Pedro Furió, Leandro Cacioni y David Bedoya en el disco, comparten con nosotras la misma cuerda emotiva”, vuelve Giannini. Este concierto operará, además, como la fecha inaugural de un ciclo que, bajo el nombre de “Ellas en la voz”, también presentará a Florencia Dávalos (jueves 17 de mayo); Flor Bobadilla Oliva (jueves 21 de junio) y Georgina Hassan (jueves 19 de julio). “Es una movida muy valiosa como espacio femenino”, apuntala Ferré, para coronar la charla con un cierre global, cuyo final-final, le corresponde a la infatigable Ledesma. “Nos parece formidable, en este contexto, que siga habiendo gente que se comprometa con la causa del canto con fundamento”.