Hans Asperger quedó en la historia de la ciencia por haber dado su nombre al síndrome que describe uno de los trastornos del espectro autista. Sin embargo, el psiquiatra austríaco, quien vivió entre 1906 y 1980, también participó de un programa de “eutanasia” infantil durante el nazismo. A esa conclusión llegó Herwig Czech, historiador de la Universidad de Viena que acaba de publicar las conclusiones de un estudio que le llevó ocho años de trabajo.

"La investigación repasa la vida y el trabajo de Asperger y demuestra por primera vez, con documentos, sus vínculos con el nacionalsocialismo", declaró Czech tras publicar sus conclusiones en la revista Molecular Autism. El investigador tuvo acceso a informes redactados por Asperger entre 1928 y 1944. "Asperger hizo grandes logros durante esa época en el campo de la medicina en Viena. Está claro que lo hizo adaptándose al régimen nazi", aseguró Czech.

El psiquiatra progresó en la Viena de los años 30, antes y después de la anexión nazi de 1938, sin afiliarse al Nacionalsocialismo pero integrándose a grupos afines. El dato más traumático de la investigación de Czech pasa por la etapa de Asperger en la clínica infantil Am Spiegelgrund dentro del hospital Steinhof de Viena. Allí eran enviados los niños que no cumplían con los “estándares del régimen”. Se calcula que en ese centro murieron 800 niños después de haber sido drogados y de haber ayunado durante varios días. También asevera que Asperger recomendó el traslado a ese centro de dos niñas de tres y cinco años.

"Asperger actuó para adaptarse al régimen nazi y fue recompensado con promesas de ascenso por sus manifestaciones de lealtad", afirmó el historiador. Czech, Inclusive, difundió un documento de 1940 en el cual el médico se manifestaba “conforme con las ideas nacionalsocialistas sobre las cuestiones de raza y las leyes de esterilización". Para entonces, ya firmaba sus informes de diagnóstico con la fórmula “Heil Hitler”.  

Además, Asperger estuvo en una comisión encargada de decidir el destino de 200 pacientes del área infantil de otro hospital. Czech afirma que 35 de esos pacientes fueron considerados “no educables” y murieron en el marco del programa de eugenesia Aktion T4 impulsado por el nazismo.

En los años posteriores a la guerra se creyó que Asperger no sólo no había colaborado sino que había protegido a sus pacientes, pero la investigación de Czech demuestra lo contrario. Fue en esa época, en 1938, cuando detectó en un grupo de chicos el síndrome que lleva su nombre desde los años 80.

A pesar de las conclusiones de su investigación, Czech no cree que haya que cambiar el nombre del síndrome por el pasado nazi de Asperger. "Simplemente deberíamos ser conscientes del contexto histórico que hay detrás de su origen, pero no borrarlo de nuestro vocabulario", declaró a la agencia Efe.