La falta de información sobre villas y asentamientos tanto en la Ciudad de Buenos Aires como a nivel nacional fue el disparador para que desde Techo Argentino comenzaran en el 2011 a relevar datos y a retirar el trabajo cada tres años para actualizar el mapa. Según Virgilio Gregorini, director ejecutivo de Techo Argentino, la población de las villas “es un fenómeno muy dinámico y que no alcanza con que el Estado lo levante cada diez años” cuando se censa.

–El último censo que realizaron fue en el 2016, ¿Qué dato nuevo surgió respecto del anterior?

–El primer dato es que en capital, y que también es una tendencia nacional, hay más gente viviendo en los asentamientos. Eso significa que el problema dividido en cantidad de gente aumenta. Hay más gente por lo tanto lo que está haciendo el Estado no alcanza, va atrás del problema. Esa fue nuestra gran conclusión, el problema va más rápido que la solución entonces eso demuestra que no llegamos. Cuando hicimos el cruce nacional, el 7 por ciento de los barrios tiene alguna obra o alguna inversión pública, eso demuestra que la reacción y la solución estatal que le estamos dando al problema de los asentamientos no está a la altura de la escala del problema.

–¿Y que sucedió con el tema de los alquileres?

–Con alquileres pasó lo mismo, como el fenómeno de las villas en la ciudad es relevante, la estimación es de alrededor del 30 por ciento, cuando lo nacionalizás el dato te da muy bajo o te da menos del 5 por ciento, entonces la evolución del alquiler en los asentamientos es mucho mayor cuando ya está más consolidado, cuando ya está viviendo hace años ahí, el propio vecino empieza a invertir y crecer para arriba, empieza a alquilar y el asentamiento empieza a tener un lugar preferencial en la Ciudad, como pasa con la Villa 31 o Rodrigo Bueno. Lo que dicen los expertos locales e internacionales, es que los aumentos de los alquileres en cantidad y en valor, tiene que ver con el mercado del suelo, el suelo no sólo entendido como lote sino suelo también en altura. La vivienda es suelo en los edificios en altura y como está muy mal regulado, sobretodo en Latinoamérica, entonces no hay acceso al suelo de manera formal para muchas partes de nuestra sociedad, entonces acceden de manera informal, entonces ese acceso informal es el que se expresa en la ciudad particularmente en los alquileres en las villas.