El presidente de Shell, Teófilo Lacroze, afirmó ayer que la venta de los negocios de downstream al grupo brasileño Raízen (refinación, comercialización y distribución de combustibles y lubricantes) “no implicará grandes cambios ni riesgos de fuentes de trabajo”. Además, sostuvo que “el impacto a nuestros clientes debería ser imperceptible”. La empresa había anunciado la venta de estos negocios a un joint venture brasileño en partes iguales de Shell y Cosan, pero que mantendría la marca y los servicios para las estaciones locales. “Hay varios contratos técnicos de tecnología e innovación donde vamos a seguir aplicando lo que es Shell en el mundo, y lanzando en Argentina los mejores productos y servicios”, aseguró Lacroze.