El justicialismo “no kirchnerista”, como se definen, se reunió ayer en Córdoba. Fue el segundo encuentro del espacio político que promueve el senador Miguel Angel Pichetto en un territorio más acorde a su perfil donde el kirchnerismo no pudo hacer pie durante sus doce años de gestión. “Estamos trabajando para tener un peronismo renovado y muy diferente de lo que ya pasó”, explicó el senador rionegrino al finalizar la jornada que se denominó “Encuentro para una mejor Argentina”. Legisladores que responden a gobernadores justicialistas, massismo y randazzismo participaron del evento que incluyó un debate al que se integraron los intendentes cordobeses.

“Nosotros no echamos a nadie, pero sí se tiene que respetar la identidad partidaria y trabajar para una Argentina más equilibrada, más justa entre el interior y Buenos Aires”, apuntó Pichetto, que comenzó a repeler al kirchnerismo en cuanto Cristina Kirchner dejó la presidencia, aunque en este segundo encuentro comenzó a morigerar su discurso. El día había comenzado cerca de las 12.30 cuando el grupo fue recibido por el gobernador Juan Schiaretti en la casa de gobierno cordobesa. Allí fue la foto de rigor y de cortesía de la que participaron Pichetto, Carlos Caserio, Pablo Kosiner y Diego Bossio de Argentina Federal, la diputada del Frente Renovador Graciela Camaño y dirigentes randazzistas como Florencia Casamiquela, entre otros.

“Encontramos un espacio de trabajo más maduro que en Gualeguaychú. Se sintió que hubo un entendimiento de parte de todos de que es la hora de levantar puentes y no de levantar muros”, explicó a PáginaI12 Casamiquela aludiendo al primer encuentro realizado en la ciudad entrerriana y que dejó sabor a poco a todos los que participaron allí. “Si somos inteligentes e invertimos la dispersión podemos generar la capacidad de gestionar una Argentina en emergencia que lo que nos va a dejar el macrismo”, agregó. “Se reforzó una identidad federal y se puso en un segundo plano los nombres y las diferencias”, destacó Casamiquela a punto de tomar el avión para volver a Buenos Aires.

Los legisladores nacionales de los espacios justicialistas participaron en el hotel Sheraton de un debate con intendentes, legisladores y dirigentes del PJ cordobés, en los que hubo una mirada hacia las elecciones del 2019 y se apuntó contra el macrismo. El sesgo antikirchnerista encontró en Córdoba uno de sus mejores terrenos si se tiene en cuenta que el kirchnerismo nunca pudo pisar fuerte durante su gestión. El gobernador anterior a Schiaretti, José Manuel De La Sota, supo lanzar el “cordobesismo”, para diferenciarse de la administración central.

El diputado cordobés Carlos Caserio apuntó que “el kirchnerismo es una alternativa superada. Hay que avanzar en un peronismo renovado que nos permita salir de la grieta para encaminarnos hacia una Argentina con visión productiva”. Sin embargo la diputada del Frente Renovador, Graciela Camaño, prefirió apuntar a la gestión de Macri al señalar que “a dos años y medio de Cambiemos llegamos a la conclusión de que es un gobierno insensible, que tiene la teoría del caos, es un gobierno de los empresarios, y ya no unitario sino centralista, que es lo peor”. En cambio, ni ella ni nadie hizo referencia a la intervención judicial al Partido Justicialista que encabeza su marido, el gastronómico Luis Barrionuevo, quien también imagina un peronismo sin el kirchnerismo.