Diego Sztulwark: –Hace meses, el 7 de agosto, publicaste en PáginaI12 una nota sobre Santiago Maldonado en la que hablaste de un “desaparecido de Macrì” (“Macrì ya tiene su desaparecido”), e inmediatamente hubo una reacción muy fuerte contra esa afirmación. ¿Cómo lo interpretás?

Horacio Verbitsky: –Hay una combinación de dos cosas. Por un lado, ignorancia, son muy ignorantes. No saben nada de derecho internacional humanitario: yo digo “desaparecido” y ellos entienden “política sistemática de desaparición forzada de personas dispuesta por un poder totalitario”, y no tiene nada que ver. La Convención Interamericana y la Convención de las Naciones Unidas sobre desapariciones forzadas de personas no hablan en absoluto de eso, no están pensadas para una dictadura, están pensadas después de las dictaduras para los casos en los cuales, en situaciones no dictatoriales, se producen desapariciones forzadas. Y está explicado con total claridad en qué consiste, y se aplica perfectamente a lo que en ese momento se sabía de lo que había ocurrido con Santiago Maldonado. Los voceros oficiosos asociaban esa nota mía con la consigna “Macrì, basura, vos sos la dictadura”, cuando yo nunca dije eso; por el contrario, me he cansado de escribir sobre las diferencias entre el macrismo y la dictadura (incluso un vocero del establishment como Ernesto Tenembaum cita largamente esas notas mías para refutar a los que dicen “Macrì, basura, vos sos la dictadura”, y dice “alguien tan insospechado como Horacio Verbitsky dice”). Jamás afirmé que Macrì es la dictadura: soy malo pero no soy tonto; no los quiero nada, pero pretendo ayudar a que se entienda qué es lo que son, para poder enfrentarlos mejor. Así fue como montaron toda una operación en contra del CELS, de los organismos de derechos humanos, de la Comisión Interamericana, de la Corte Interamericana, de las Naciones Unidas. Fueron a presionar a Ginebra, a Washington y a Costa Rica contra los órganos internacionales, y no lograron nada porque son ignorantes, creen que todo se puede arreglar con muñeca política y con prepotencia, y no es así. Es cierto que han conseguido una atención superior a la que hubieran logrado de otra manera, porque han hecho una cantidad de gestos muy inteligentes hacia el sistema. Han pagado un período de sesiones de la Comisión Interamericana en la Argentina, lo cual es mucho dinero. La Comisión tiene pocos recursos, y se han pagado los viajes, el alojamiento, la comida, los lugares de sesión, para que esta pudiera tener una sesión extraordinaria en la Argentina aparte de las que tiene en Washington. La Comisión lo valora y hace muy bien en esto, y en consecuencia trata de ser cordial, cuidadosa, pero las resoluciones no se modificaron. La Comisión Interamericana dijo que Milagro Sala corría peligro, que su integridad física y su vida estaban en riesgo en la cárcel, que debía salir de ahí. Y a pesar de que el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, fue a presionar en forma insultante a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como dijo Zaffaroni (Avruj fue a plantear que Zaffaroni –que es juez de esa Corte– estaba influyendo sobre los otros jueces, lo cual es insultante), a pesar de eso, la Corte Interamericana concedió la medida provisional y dispuso que Milagro tiene que salir de la cárcel. No saben cómo funcionan esas cosas. La idea de que yo manejo la Comisión Interamericana es una estupidez tan grande que muestra lo desubicados que están.

D. S.: –La aparición del cuerpo de Santiago Maldonado y los resultados parciales de la autopsia fueron aprovechados por el gobierno para quitarse responsabilidades. Me sorprendió cómo eso hizo efecto incluso entre gente amiga que esperaba que se pudiera comprobar una situación de secuestro, más clásicamente ligado a las prácticas de la dictadura. ¿No es suficientemente grave que la muerte de Maldonado se haya producido en medio de una feroz represión ilegal a una protesta social?

H. V.: –Porque creen que esto es la dictadura y se equivocan, no lo es. Pero son brutales. A Maldonado no lo torturaron, no le pegaron, no lo secuestraron. Ahora, ¿de qué murió? ¿Era un turista que estaba paseando y se tiró con sobretodo al río porque no sabía que hacía frío? Lo corrieron en medio de la represión de la Gendarmería, no sabía nadar, le tenía miedo al agua, para que no lo agarraran se metió en el agua. ¿Qué pasó exactamente? Todavía no lo sabemos, pero está clarísimo que es una muerte debida a la brutalidad del operativo policial. ¿Qué cambia? El punto es si estás preso de un esquema. No creo en eso, intento no ser esquemático, trato de evaluar cada cosa en su justa medida, no asimilar una situación con otra. Si leés la nota, está muy claro, con las citas que hago de las convenciones internacionales y de la legislación argentina: la legislación argentina no habla de desapariciones masivas y sistemáticas, habla de un desaparecido, y eso está en el Código Penal. Basta con que se den las condiciones que allí se plantean para que se esté ante una desaparición forzada y no hace falta que gobierne Videla.