Tras una semana marcada por las turbulencias que ocasionó el alza del dólar y el descontento general por el tarifazo, el gobierno se justifica y relativiza la situación. Ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró que “no hay una crisis cuando sube un poco, ni cuando baja un poco”, en referencia a la suba de la cotización de la divisa y criticó las iniciativas legislativas que buscan anular los aumentos de tarifas de los servicios públicos.

En línea con la postura zen del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne –que el pasado viernes consideró que “tenemos que ponernos menos nerviosos cuando se mueve el tipo de cambio”–, Peña dijo en declaraciones radiales que “el tipo de cambio es flotante” y que, por ende, “el Banco Central, acorde a momentos de volatilidad fuera de lo común, puede intervenir para cuidar el objetivo de la política antiinflacionaria, que fue lo que ocurrió”, en alusión a la venta de más de 4 mil millones de dólares de reservas por parte la máxima autoridad monetaria que, sin embargo, no fue suficiente para frenar la escalada de la divisa. Por otro lado, en relación a los aumentos de las tarifas, el jefe de Gabinete insistió con que “es difícil sincerar el sistema tarifario después de tantos años de mentira y destrucción del sistema energético”. “Los argentinos tienen que tener claro que no hay necesidad de perder la tranquilidad”, expresó Peña.