Cooperativas de cartoneros y recicladores urbanos se movilizaron hasta la puerta de la Legislatura para repudiar la modificación de la ley de Basura Cero que impulsa el jefe de Gobierno porteño para permitir la incineración de residuos bajo el nombre de “termovalorización”. Con el rechazo rotundo de las organizaciones ambientalistas, este mediodía la reforma podría convertirse en ley de todos modos.   

“Es nuestra fuente de trabajo, somos 5.000 cartoneros en la calle los que formamos parte del sistema de reciclados. Lo único que van a reformar es permitir la vuelta a al queme de basura en la ciudad y eso es volver hacia atrás”, dice un cartonero que llegó hasta la puerta de la Legislatura junto a compañeros de la cooperativa a la que pertenece. “Quemar contamina. La ley de Basura Cero planteó la reducción de residuos y el aumento del reciclado. Volver a la incineración es la pérdida de miles y miles de fuentes de trabajo no sólo para los compañeros y compañeras cartoneras sino para las industrias que nos compran los recursos”, explicó una mujer, también integrante de las cooperativas que se movilizaron a la puerta de la Legislatura.

Representantes de organizaciones sociales siguen la sesión desde adentro del recinto, donde el oficialismo tiene mayoría propia para aprobar el proyecto. “La termovalorización funciona en Paris, no veo porqué no puede funcionar acá”, afirmó la diputada de Vamos Juntos Mercedes de Las Casas, que preside la Comisión de Ambiente y Espacio Público y es una de las impulsoras de la iniciativa oficial. De las Casas fue abucheada por los ambientalistas presentes en el recinto.

La Ley de Basura Cero, sancionada en 2005, planteaba la eliminación progresiva de los rellenos sanitarios y para ello promovía la reducción de residuos a través de la separación selectiva, la recuperación y el reciclado. Con respecto a la cantidad de basura enviada a los rellenos sanitarios en 2004 (1.497.656 toneladas) la ley planteó metas concretas: la reducción del 30 por ciento para el 2010, el 50 para el año 2012, un 75 por ciento para 2017 hasta la prohibición total de la disposición final en 2020. Metas que nunca se cumplieron.

Frente a este incumplimiento, el Ejecutivo planteó habilitar una nueva posibilidad en la gestión de la basura explícitamente prohibida en la ley, la incineración. El artículo 7 de la norma prohíbe la combustión de los residuos sólidos urbanos en cualquiera de sus formas, con o sin recuperación de energía. Desde el oficialismo sostienen, sin embargo, que el sistema de termovalorización energética, como se llama a la tecnología que busca habilitar el macrismo porteño que contempla la posibilidad de incinerar basura, es “una tecnología aprobada internacionalmente” y “sumamente útil” para el tratamiento de los residuos.

Las organizaciones ambientalistas sostienen que la reforma es inconstitucional, porque no prevé un tratamiento de doble lectura y que la vuelta a la incineración significa un grave retroceso por la nocividad hacia el medio ambiente.