En medio de la crisis económica provocada por la disparada del dólar, la venta de reservas y la suba de tasas de interés, el Gobierno anunció que profundizará el ajuste para achicar el déficit fiscal. En ese marco, ayer la Casa Rosada anunció que no comprará este año un nuevo avión presidencial, tal como anhelaba Mauricio Macri, para sus viajes internacionales.

Apenas asumió el gobierno de Cambiemos, se tomó la decisión de desprenderse del Tango 01, la nave adquirida por Carlos Menem en 1992, que quiso emular el Air Force One del presidente de los Estados Unidos. De acuerdo a estimaciones oficiales, se precisaban 26 millones de dólares para ponerlo en condiciones operativas. Por ese motivo es que Macri lo dio de baja y desde entonces viaja al exterior en vuelos de línea.

Hace más de 15 años, durante el gobierno de la Alianza, se produjo un debate similar sobre la flota aérea oficial y el gasto público. Fernando de la Rúa se comprometió a venderlo. Al asumir no lo utilizó, a la espera concretar la venta. Mientras, el costo del avión en tierra era mayor que si se lo utilizaba y finalmente fue usado para las giras presidenciales. El spot de campaña sobre el avión preanunciaba en 1999 el nombre de la alianza que hoy gobierna: “Somos el único cambio”.