Los expertos en ciberseguridad advierten que los juguetes eróticos con conexión bluetooth son susceptibles de ser hackeados, con resultados muy poco agradables para los usuarios. Panda Security aseguró que, cuanto más sencillo sea el procesador que conecta uno de estos juguetes con el móvil para alterar su comportamiento, más sencillo es también que un usuario malintencionado se cuele en su infraestructura y modifique su funcionamiento. La mayoría de estos juguetes eróticos se conecten a una app móvil a través de bluetooth y reciben órdenes sobre la intensidad de su funcionamiento o los ciclos de uso. Más allá del mal uso del dispositivo, que es lo primero y más simple que se puede hacer con el hackeo, también corren peligro los datos de usuario: se puede conocer el dispositivo que activa el juguete, quién lo usa, la frecuencia de uso y los momentos en los que lo enciende. Esto es información suficiente para chantajear al dueño del juguete.