Anoche al finalizar la función de su unipersonal Un judío común y corriente, Gerardo Romano recibió sobre las tablas a la hermana de uno de los 44 submarinistas del Ara San Juan, embarcación cuya desaparición continúa siendo un enigma al igual que la misión que cumplía en el momento en el que se produjo la tragedia.

“Con el advenimiento de la democracia se resignificó el Holocausto, que para los argentinos se convierte en un modelo de identificación de nuestra propia tragedia, del terrorismo de Estado”, dijo primero el actor y vinculó los temas en torno a los cuales reflexiona la obra con un episodio personal: “Hace unos días me llamó una señora y me contó que era hermana de un submarinista desaparecido”, explicó.

Acto seguido, Romano invitó a subir al escenario a Isabel, hermana de Daniel Alejandro Polo, que se encontraba entre el público. “Isabel me contó que hay cierta insensibilidad del Gobierno, que abandonó la búsqueda” del submarino. El actor explicó los motivos por los cuales había decidido recibir a la hermana del tripulante del submarino desaparecido hace cinco meses y por qué le dio un espacio después de la función para llevar su reclamo: “Ante la falta de respuestas para las víctimas y los deudos, ante lo irrisorio de los resarcimientos ofrecidos para las viudas e hijos y ante la exigencia de recibir a los familiares de a uno y sin teléfono, para que no armen quilombo”. Romano e Isabel Polo desplegaron una bandera en homenaje al cabo primero de la nave, oriundo de San Pedro de Jujuy, que estaba en la embarcación junto a los otros 43 navegantes.