Desde Santa Fe

Mañana, el gobernador Miguel Lifschitz ya podrá medir el pulso político de la Legislatura ante su pedido de reformar la Constitución de Santa Fe y habilitarlo como candidato a la reelección en 2019. A las 10, el presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Bonfatti, se reunirá con todos los jefes de bloques para acordar a cuántas comisiones internas será girado el proyecto, a partir de que la mayoría de los legisladores plantea que debe ser tratado por todas, que son 18. El debate quedó pendiente desde la preparatoria del 19 de abril, cuando ante discrepancias sobre el trámite legislativo se pasó a un cuarto intermedio hasta mañana para resolver si el proyecto recorre sólo tres comisiones (Derechos y Garantías, Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales), como sugirió la Secretaría Parlamentaria, o las 18, como insiste la mayoría de los bloques.

Desde aquella sesión del 19 de abril ya se sucedieron varios hechos políticos que anoticiaron al gobernador sobre lo que puede esperar de la Legislatura: el 21 de abril, el consejo ejecutivo del PJ ni siquiera trató la convocatoria al congreso partidario para decidir si apoya o no la propuesta de Lifschitz; el 23 de abril, el radical Alejandro Boscarol se convirtió en el primer diputado del Frente Progresista que rechaza la reforma y anuncia que no la votará. El domingo, su colega y presidenta de Derechos y Garantías, Alicia Gutiérrez, adelantó que es "difícil" que el proyecto prospere, incluso en su propia comisión. "Si el peronismo, el bloque de centro izquierda y el PRO no están de acuerdo, chau fuiste", le dijo a Rosario/12. Y ayer, los nueve diputados de Cambiemos ‑junto a referentes de la Alianza, entre ellos el intendente de Santa Fe José Corral‑ le dijeron que no a la reelección del gobernador porque "no es posible ni serio avanzar en un tratamiento express" de la ley, como plantea el mandatario. Es que el mensaje del Poder Ejecutivo propone un cronograma muy ajustado: una vez declarada la "necesidad de la reforma", habría 120 días para elegir convencionales y otros 60 (40 más una prórroga de 20) para que sesione la Asamblea Constituyente. Y la nueva Constitución esté vigente antes de fin de año.

Mañana, Bonfatti reunirá a la comisión de Labor Parlamentaria ‑que integran los jefes de bloques‑ para acordar si el proyecto de Lifschitz pasa por las 18 comisiones de la Cámara, como pidió la mayoría. El debate quedó trunco en la preparatoria del 19 abril, cuando se postergó la decisión tres semanas para no extender el diálogo, que por momentos era tenso y no demorar la reelección de las autoridades.

La asignación de comisiones se realiza por consenso porque nadie tiene la potestad de imponer un criterio. Es una tarea parlamentaria que responde a la práctica y el reglamento. Pero en este caso se trata de una ley que declara la "necesidad" de la reforma constitucional, que ya es especial, Y como el mensaje incluye muchos asuntos, la mayoría de los legisladores plantea que debe ser tratado por las comisiones del ramo, que son todas o casi todas.

La Secretaría Parlamentaria propuso girar el proyecto a Derechos y Garantías, Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales, pero ante la falta de consenso es una asignación provisoria. "Vamos a resolver en la reunión" de mañana, dijo una fuente del bloque oficial consultada por este diario. "Se trata de una reforma que aborda muchos temas: servicios públicos, salud, educación, medio ambiente, asuntos comunales", por lo tanto "debe ser tratada por las comisiones específicas. Es un planteo racional, que tiene lógica", agregó.

Pero hay otras críticas que se escuchan en los corrillos parlamentarios. El desacuerdo con un "tratamiento express" del proyecto y el salteo de las primarias obligatorias en la elección de convencionales constituyentes. "Es una barbaridad que atenta contra la calidad institucional. Si decimos que reformar la Constitución es progresista ¿cómo vamos a deteriorar el sistema electoral eliminando las primarias cuando Santa Fe reivindica que tiene el sistema electoral más progresista del país?", se preguntó la fuente. "¿Cómo se van a elegir los candidatos a convencionales?".

Los diputados del Frente Progresista prefieren acordar con sus colegas del arco opositor la asignación de comisiones antes que llevar el desacuerdo al recinto. "El problema es que si no hay consenso, te votan en contra. Es así de simple. Apelamos al acuerdo para no terminar en una votación en el recinto", graficó.