La Bolsa porteña registró ayer una caída de 3,6 por ciento. El informe de la calificadora de riesgo Moodys fue fulminante para las acciones locales. Las empresas argentinas que cotizan en Nueva York también tuvieron una de las caídas más importantes del año. Se destacó el retroceso del 6,4 por ciento del Supervielle, del 4,2 por ciento del Banco Galicia y del 4,9 por ciento del Banco Francés. El sector bancario es uno de los más afectados por la tensión financiera que enfrenta la Argentina en las últimas semanas. Otras de las bajas relevantes en Wall Street fueron las del 4,1 por ciento de Cresud, del 3,9 por ciento de Edenor, del 3,8 por ciento de Pampa Energía y del 3,1 de Telecom. 

El clima de las finanzas a nivel internacional volvió a jugarle una mala pasada al país. El dólar se  apreció ayer contra países emergentes pero también contra el euro, lo que aumenta las presiones de devaluación del peso, en tanto que potencia la caída de las acciones y los títulos públicos de la Argentina. Las subas de las tasas de interés en Estados Unidos es uno de los principales motivos que impulsa la repatriación de capitales en el mundo hacia la economía norteamericana. Esto potencia la fuga de divisas de las economías no desarrolladas y aumenta la tensión con el precio de sus monedas. Algunos analistas internacionales adelantan una crisis para países emergentes debido a la sobre deuda que registran sus economías y el cambio en el ciclo financiero global. Una caída de los precios internacionales de las materias primas podría acelerar la tensión.