La Oficina Anticorrupción dio por cerrado el escándalo del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y su empleada Sandra Heredia con una resolución que se limita a reprocharle al funcionario haber consentido su contratación en la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). El organismo que conduce la militante macrista Laura Alonso encomendó a Triaca que en el futuro evite “adoptar decisiones que pongan en riesgo la imagen que debe tener la sociedad respecto de sus servidores”.

El escándalo del ministro estalló cuando se conocieron mensajes de audio que le envió a su ex casera, en los que la insultaba. “Sandra, no vengas porque te voy a mandar a la concha de tu madre ¡Sos una pelotuda!”, le dijo porque la mujer se retrasó y no estaba a su llegada en la quinta familiar de Boulogne. Luego la empleada denunció que los Triaca la mantuvieron en la informalidad durante sus años de trabajo y que, para compensar sus ingresos, fue designada como empleada en la intervención del SOMU y luego como delegada de la filial de San Fernando.

Ante ese hecho, la OA inició una actuación de oficio que terminó con apenas un regaño para Triaca. El organismo recogió el descargo del ministro, quien repitió que Heredia fue nombrada porque buscaba “personas de confianza” en la intervención del sindicato y que no era empleada suya sino de su hermano Carlos. 

Para la OA, Triaca “no debió consentir la referida contratación”. “Su relación laboral con el hermano del Sr. Triaca y la circunstancia de que sea ésta la persona que prestaba servicios los fines de semana al ministro y a su familia, podría generar legítimas dudas respecto de los motivos que fundaron la vinculación de empleo con el SOMU así como la influencia del funcionario sobre su contratación”, remarcó la OA, no obstante lo cual se limitó a expresarle un reproche a Triaca.