El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció "el muy esperado encuentro" con el líder norcoreano Kim Jong-un para el próximo 12 de junio en Singapur. Trump, quien esta madrugada recibió a tres estadounidenses nacionalizados liberados por Corea del Norte, aseguró que ambos tratarán de convertir la histórica reunión "en un momento especial para la paz" . La fecha del encuentro se confirmó  a poco menos de un año de las amenazas cruzadas sobre ataques nucleares "devastadores" y un día después de que Estados Unidos eligiera un nuevo enemigo al anunciar su salida del acuerdo del pacto nuclear con Irán. 

En la pista de aterrizaje de la base militar de Andrews, cercana a Washington, y delante de una inmensa bandera de Estados Unidos, el avión que trajo desde Corea del Norte al empresario Kim Dong-chul (64), el ex docente Tony Kim (59) y el especialista en agricultura Kim Hak-song (60) aterrizó como el último mensaje para un cambio en las relaciones de ambos países. Trump recibió a los tres surcoreanos nacionalizados y cuatro horas después anunció la fecha del encuentro con Kim. 

La pieza clave para ultimar los detalles fue el flamante secretario de Estado y ex director de la CIA, Mike Pompeo, quien viajó a reunirse con el líder norcoreano y volvió con los tres detenidos de vuelta a territorio norteamericano.    En la breve ceremonia en el aeropuerto militar, Trump había adelantado que la liberación de los presos era una buena señal para la cumbre con Kim, en la que discutirán la desnuclearización de Corea del Norte.

Por su parte, el vicepresidente Mike Pence también subrayó el gesto previo de Corea del Norte, que "ha dado pasos que indican que esta podría ser una oportunidad para un gran avance".  La cumbre Kim-Trump parecía impensada meses atrás, cuando ambos líderes intercambiaban amenazas e insultos por el desarrollo de armas nucleares y el ensayo de misiles balísticos por parte de Corea del Norte.

Sin embargo, la diplomacia ganó terreno rápidamente y logró avanzar también en un encuentro histórico entre los líderes de las dos Coreas, la semana pasada. La decisión de Corea del Norte de enviar una delegación a los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur y la reunión de Kim con el presidente de chino Xi Jipping fueron dos de los momentos clave para descongelar la tensión bélica instalada en la península desde mediados del siglo pasado, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética desarrollaron uno de los capítulos de la Guerra Fría en el territorio coreano. 

En marzo la relación dio el vuelco definitivo, cuando Trump aceptó de manera sorpresiva una oferta para mantener conversaciones con Kim luego de que el dictador norcoreano accediera a suspender las pruebas nucleares y de misiles y discutir la desnuclearización. Según Corea del Sur, Kim dijo que estaba dispuesto a renunciar a sus armas atómicas si Estados Unidos se compromete a poner fin formalmente a la Guerra de Corea y a no atacar a su país.

Mientras parece avanzar el acuerdo de desnuclearización en la península, Trump anunció ayer la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, acordado durante la gestión de Obama junto a Reino Unido, China, Francia, Alemania y Rusia. Horas después de esa anuncio, se registraron nuevos ataques del Ejército de Israel, aliado norteamericano, sobre posiciones de la Guardia Revolucionaria iraní en Siria. 

Israel reconoció hoy que los bombardeos de sus aviones sobre las posiciones iraníes fueron los más intensos en Siria desde la guerra árabe-israelí de 1973 y tuvieron como blanco unos 70 objetivos, incluyendo depósitos de armas y centros de logística e inteligencia usados por fuerzas especiales en Siria. Los medios iraníes señalaron que fueron ataques "sin precedentes". En tanto, el titular de la ONU, el portugués António Guterres, demandó el "cese inmediato de todos los actos hostiles y de cualquier acción provocadora para evitar un nuevo incendio en una región ya envuelta en terribles conflictos y un inmenso sufrimiento para los civiles".