El gobierno de Colombia y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) retomaron ayer sus conversaciones en La Habana, Cuba. El ejecutivo de Juan Manuel Santos espera alcanzar un cese al fuego antes de las elecciones presidenciales del 27 de mayo, dijo el ayer el jefe de su delegación negociadora.

En El Laguito, un exclusivo recinto en el oeste de la capital cubana destinado a dignatarios, negociadores y garantes, se dio inicio al quinto ciclo de conversaciones, que había quedado suspendido en abril cuando Ecuador decidió retirarse como sede de los diálogos. “Este quinto ciclo de reuniones busca acordar un cese al fuego más robusto, que permita llegar a las elecciones en absoluta paz y ponga fin a secuestros, extorsiones, reclutamiento de niños, y ataques a la infraestructura”, expresó Gustavo Bell, jefe de la delegación del gobierno de Colombia. En una declaración a la prensa, Bell recordó, además, que otro de los objetivos de este ciclo es buscar mecanismos para incluir la participación de la sociedad en el proceso. 

Santos ya había admitido que no sería posible llegar a un acuerdo final antes del término de su mandato, en agosto. Los esfuerzos del mandatario por mantener las conversaciones en busca de lo que ha denominado la paz completa en Colombia, podrían verse entorpecidos si la derecha, opuesta a estas negociaciones– y que lidera los sondeos–, gana las presidenciales.

Bell dijo que espera que en estas conversaciones pueda llegarse a un momento determinado en que sea la misma sociedad colombiana la que pida y le de continuidad a los diálogos independientemente del gobierno que sea elegido el 27 de mayo.

Por su parte, el jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, reiteró la disposición de su organización para sacar la violencia del conflicto y dejó claro que ninguna adversidad va a hacer que se levanten de la mesa. Según dijo, son conscientes de que el único camino viable para una solución política en Colombia es que la vía del diálogo salga adelante.

Sin embargo, el enviado del ELN expresó su preocupación por lo que ve como las dificultades e incumplimientos que enfrenta la aplicación del acuerdo de paz que desarmó y transformó en un partido político a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “De un año a otro ha crecido 20% el asesinato de líderes sociales y opositores y, pese a los reclamos, en vez de contenerse o neutralizarse, toda esta situación va configurando un genocidio de la oposición que actúa en la legalidad”, sostuvo Beltrán. “Comprenderán la preocupación nuestra, porque si a nosotros se nos invita a dejar las armas y a hacer la lucha política en la legalidad, pero nos está esperando ese escenario, deben entender de que no son muchas certezas las que nos esperan”, añadió.

Además de las delegaciones de ambas partes, estaban presentes en la reunión representantes de los países garantes: Brasil, Chile, Noruega y Venezuela. “Alcanzar la paz en Colombia constituye un anhelo histórico de toda la región de América Latina y el Caribe, y el Mundo”, dijo el garante cubano, Iván Mora, que presidía la mesa de conversaciones.

No obstante, el mandatario colombiano,expresó ayer que el proceso de paz de su país es algo que llevará tiempo. “Establecer la paz es como construir una catedral. Para ello se necesita un fundamento sólido y después muy muchos ladrillos”, dijo Santos en un panel que tuvo lugar en el marco del Congreso Anual de los Católicos de Alemania en la ciudad de Münster. Asimismo, destacó que el mayor desafío del proceso será el de convencer a las víctimas para que perdonen a quienes les hicieron daño. “Esto lleva mucho tiempo”, estimó el jefe de Estado colombiano, quien acudió a la jornada católica por invitación Adveniat, una institución de ayuda de los católicos de Alemania para Latinoamérica.

Tanto el gobierno como el ELN se mostraron dispuestos a conseguir un cese al fuego mejor al que lograron en octubre de 2017 y que se extendió por 101 días, hasta enero de 2018, en medio de críticas mutuas de incumplimientos. Al término de aquella tregua el gobierno colombiano denunció una inmediata ofensiva del ELN, que tiene unos 1.500 combatientes.

Las negociaciones se desarrollaban en Quito desde febrero de 2017, pero Ecuador renegó oficialmente como sede y garante el 20 de abril tras inusitados ataques y secuestros realizados por disidentes de las disueltas FARC en su territorio. Ahora La Habana tomó la posta.

La isla caribeña, también acogió durante cuatro años los diálogos de paz con las FARC, que culminaron a finales de 2016.

Cuba tiene los requisitos necesarios para que las negociaciones fluyan: experiencia en el tema, cercanía geográfica, confidencialidad y seguridad, características que destacaron tanto el gobierno colombiano como las FARC durante sus diálogos.

Guerrilla con orígenes cristianos, el ELN nació en 1964 bajo la influencia de la revolución cubana y de uno de sus líderes, Ernesto Che Guevara.

La isla socialista, que estrena a Miguel Díaz-Canel como presidente y sucesor de los hermanos Fidel y Raúl Castro, ya acogió ocho rondas de conversaciones entre el gobierno de Colombia y el ELN entre diciembre de 2005 y agosto de 2007, aunque sin éxito.