La Justicia Francesa determinó que el atacante de París, que ayer mató a una persona e hirió a otras cuatro con un cuchillo antes de ser abatido por la Policía, era un hombre nacido en Chechenia en 1997, naturalizado francés. El hombre de 21 años, que atacó ayer al grito de "Allahu Akbar" (Alá es el más grande) a los transeúntes en las proximidades de la Ópera de París, estaba en los registros de los servicios secretos por su cercanía con un hombre que estuvo en Siria, aunque no tenía antecedentes policiales. Sus padres ya fueron detenidos para ser indagados sobre lo ocurrido.

Si bien el Estado Islámico aseguró anoche en un comunicado que el atentado había sido perpetrado por un “soldado del EI”, las autoridades francesas no confirmaron aún la implicación del grupo. No obstante, la Fiscalía antiterrorista abrió una investigación por "asociación terrorista criminal para preparar crímenes contra las personas así como los cargos de asesinato y tentativa de asesinato contra personas depositarias de la autoridad pública con fines terroristas”.

Por el ataque, una mujer de 29 años murió aunque todos los heridos, entre los que figura un luxemburgués de 34 años, están fuera de peligro, según informó durante la noche el ministro del Interior francés, Gerard Collomb.

El atentado ocurrió cerca de las 21 hora local (16 en Argentina) en los alrededores de la Ópera de París y la calle Saint-Augustin, famosa por sus bares y restaurantes. Después de matar a la mujer, el francés de origen checheno intentó atacar a una brigada de la policía y entonces fue tiroteado. Un importante dispositivo de seguridad fue desplegado en la zona del ataque, a la que acudieron ambulancias y bomberos.

"Francia paga de nuevo el precio de la sangre pero no cede ni lo más mínimo ante los enemigos de la libertad", reaccionó el presidente Emmanuel Macron en Twitter, mientras que el primer ministro Edouard Philippe saludó "la excepcional reacción de las fuerzas de policía" cuya intervención permitió evitar "un balance mayor". 

Este hecho ocurrió en momentos en los que Francia vive bajo una constante amenaza terrorista. El último de este tipo sucedió el pasado 23 de marzo en el sur de Francia, cuando el franco-marroquí Radouane Lakdim mató a cuatro personas en ataques perpetrados en dos localidades distintas. Desde 2015, año en que se recrudeció la violencia islamista radical en el país galo, al menos 246 perdieron la vida en atentados de esta impronta.