Trabajadores ambulantes del barrio de Liniers se movilizaron por segundo día consecutivo a la Legislatura porteña en reclamo de un lugar para volver a retomar su actividad. Fernando Ingratti, vocero de los manifestantes, explicó que se trata de 500 familias “con muchos problemas generados a raíz de no poder trabajar, de no tener un lugar para vender”. En enero, los vendedores fueron desalojados del barrio por la policía. Los manteros acordaron con el gobierno realizar cursos de capacitación para tener los derechos laborales en la Ciudad y percibir 14.500 pesos mensuales. Los cursos terminaron ayer y nadie del gobierno les informó dónde podrán trabajar.