El vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach, volvió a sus tareas habituales. La renovación de las Lebac y la tregua en las presiones cambiarias le permitieron al economista reactivar su cuenta personal de Twitter. Desde esa red social celebró la entrega de 10.000 mil millones de dólares al mercado, las tasas de interés del 40 por ciento y la pérdida en el poder adquisitivo de los asalariados como una “conquista social enorme”. Antes de acompañar a su jefe, Federico Sturzenegger, en una conferencia de prensa, el funcionario escribió que por “primera vez en 208 años de vida independiente tendremos una corrección del tipo de cambio real ante un shock internacional (más fuerte en Argentina por su vulnerabilidad fiscal/externa) sin control de capitales y sin cambio de régimen”. A contramano de los funcionarios que reconocen el impacto inflacionario y recesivo que acompañará la estrategia utilizada por el Gobierno para intentar frenar la corrida cambiaria, Llach celebra la persistencia de las políticas que habilitaron la crisis: el esquema de metas de inflación y la liberalización del mercado cambiario. Además, el funcionario consideró que la devaluación tuvo como objetivo “proteger” a los trabajadores. El número dos del BCRA escribió que “no hay manera de proteger el empleo cuando las condiciones se vuelven peores que con alguna corrección del tipo de cambio real”.