La Cámara Penal confirmó la condena a 11 años de prisión al ex jefe de la barra de Newell's, Diego "Panadero" Ochoa, como instigador del crimen de su antecesor, Roberto "Pimpi" Caminos. Los defensores Mariano Scaglia y Hernán Tasada adelantaron que irán con un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema provincial, porque aseguran que "es una sentencia injusta". En tanto, los fiscales María Eugenia Iribarren y Luis Schiappa Pietra manifestaron su conformidad porque el fallo aparece como un mensaje a conflictos "históricos relacionados al fútbol". Al mismo tiempo, adelantaron que se avanza hacia la acusación en otra causa que tiene a Ochoa como instigador: la muerte de Maximiliano "Quemadito" Rodríguez. En ese expediente, Ochoa hizo nuevas declaraciones el mes pasado, que derivaron en nuevas testimoniales de familiares de la víctima. En la previa del fallo, el acusado anunció que cambió de abogados tras un supuesto "apriete" a su defensa anterior. Fiscalía haga la denuncia correspondiente.

La pena de Ochoa fue ratificada ayer, luego del juicio oral celebrado el año pasado, donde los 11 años se unificaron con una condena condicional por tenencia de arma -previa al juicio- y cerró en 13 años y cuatro meses de prisión. El crimen de Caminos ocurrió el 19 de marzo de 2010, frente a un bar de Servando Bayo al 1400. René Ungaro y Carlos "Betito" Godoy fueron condenados a 11 años como autores materiales. Tres años después, detuvieron a Ochoa como autor intelectual.

Para los camaristas Carolina Hernández, Alfredo Ivaldi Artacho y Bibiana Alonso, "en este tipo de organizaciones, cada miembro o integrante cumple un rol. Existía un líder y luego distintos estamentos dentro de la organización jerárquica (grupo de choque y de fuego), todos bajo el innegable liderazgo y jefatura del acusado, que aparecía como ineludible referente en la relación con la dirigencia". Y agregaron que "no resulta forzado sostener la directa influencia que proyectaba sobre sus integrantes al grado de poder determinar acciones y conductas como la aquí juzgada, respecto de los miembros de la organización, en especial, aquéllos más jóvenes y más fácilmente influenciables; en el caso en tratamiento fue lo ocurrido con Beto Godoy".

En ese sentido, consideraron que "el superior que emite la orden no necesita emplear coacción o engaño para que el subordinado ejecute el delito, pues la organización, en caso de que se rehúse a hacerlo, tiene a su disposición a otros subordinados que pueden asumir la función de ejecutante".

Ochoa sostiene su inocencia y busca pruebas desincriminantes, desde el encierro. Está preso desde marzo de 2013, como presunto instigador de ambos crímenes. En el de Rodríguez también hay personas condenadas por la autoría material a penas de entre 16 y 6 años de prisión, pero Ochoa no llegó a juicio aún. El mes pasado hizo un pedido de ampliación de indagatoria y habló de una presunta maniobra para acusarlo. Tras ello, la semana pasada fue citado el padre de la víctima, Sergio "Quemado" Rodríguez, condenado a 32 años de prisión por el triple crimen de Villa Moreno. Tal como publicó Rosario/12 el 15 de abril pasado, Ochoa recolectó escuchas y apuntó a una presunta maniobra para inducir su culpabilidad -como autor intelectual- en el crimen de Rodríguez, cometido en febrero de 2013. En ese sentido, mencionó conversaciones en las que aparece una vinculación de la víctima con el negocio del narcotráfico y relacionado a la banda de Los Monos. En sus dichos, Ochoa aseguró que hay un direccionamiento de la investigación, en su contra. La queja tiene que ver con que, pese a esa hipótesis, la investigación apunta al conflicto entre barras. Sobre ese punto fue consultado el Quemado en su declaración de la semana pasada, donde respondió que "en los primeros días sospechaba de todo el mundo". Para la Fiscalía, las sospechas de Ochoa radican en conclusiones que él mismo saca. Además, adelantó que hoy declaran la hermana y el cuñado del Quemadito.