A dos semanas del cimbronazo financiero que en un mes devaluó al peso en un 30 por ciento y que carcomió 8 mil millones de dólares a las reservas del Banco Central, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, volvió a decir en la Cámara de Diputados que “lo más difícil ya pasó”, que todo fue culpa de “factores externos” y que la Argentina recuperó “la confianza del mundo”. A pesar de ese panorama, insistió con la necesidad de recibir un blindaje del FMI o de otros prestamistas, y de “lograr el equilibrio fiscal”.

"Nos enfrentamos a un tiempo histórico, ya que herramientas como un acuerdo con el Fondo Monetario u otros prestamistas nos exigen un mayor esfuerzo”, subrayó Peña durante su informe de gestión en la Cámara baja, en el que hizo una encendida justificación de las políticas de ajuste e inestabilidad económica del gobierno de Mauricio Macri.

Para el jefe de ministros, “ya ha pasado la etapa más difícil” y ahora es hora “lograr una mayor velocidad en nuestro camino hacia el equilibro fiscal". El llamamiento fue hecho ante los 132 legisladores propios y de la oposición, que cuestionaron los argumentos del funcionario. “El ajuste nos trajo hasta acá y no nos va a sacar de acá”, le reclamó Axel Kicillof, del bloque del Frente para la Victoria (FpV-PJ).

No obstante, Peña ratificó el rumbo de la política económica y atribuyó la decisión de recurrir al FMI a "la volatilidad" del mercado monetario nacional e internacional. Es más, insistió en elogiar la “decisión preventiva de acudir al FMI no para redefinir nuestra política económica ni reducir nuestra soberanía sino para acudir a un prestamista que pudiera generar mejores circunstancias para navegar en ese mundo incierto”.

Luego de esa metáfora, ratificó el “camino del gradualismo” y vanaglorió el desafío de recuperar “la confianza que necesitábamos como país para que este camino gradual pueda ser financiado por aquellos que nos presten”. Después aseguró que el país lleva “siete trimestres de crecimiento” y rechazó "la demagogia de los que dicen que no nos endeudemos, y que a la vez dicen que reduzcamos los impuestos porque sabemos que las dificultades existen"

Entre los slogans de Cambiemos a los que recurrió en su informe, no olvidó citar la “prioridad al valor del diálogo” que el Gobierno garantizará para “trabajar todos juntos”. También recordó lo importante que es “poner la verdad por encima de los simbolismos” e insistió en “buscar consensos”.

Respecto de las tarifas, defendió los aumentos no menores a un 500 por ciento en todos los servicios públicos al mencionar la necesidad de “un esquema más justo donde los que más tienen no sean subsidiados por los que menos tienen” y pidió a los diputados “responsabilidad en la discusión”. “La Argentina –remató- está por el camino correcto del desarrollo.”