Por un sin fin de desbarajustes y desinteligencias humanas que atacan el planeta como la deforestación generando inundaciones, Petrópolis quedó sepultada por una avalancha de agua y barro. Cuando él logró llegar al lugar, los empleados ya estaban tirando en una gran montaña –para ellos de desperdicios– las piezas que unas horas antes esperaban secarse para luego ser esmaltadas. Enseguida se lanzó a la mecánica que maneja como pez en el agua: su operación rescate. 

“Llovió mucho durante días y el suelo de las laderas de las montañas se transformó en barro líquido. Una tormenta de esta magnitud que descarga millones de litros de agua en poco tiempo y genera un alud de barro imparable, puede tener sus orígenes en el calentamiento del planeta, en la deforestación o en la atmósfera alterada por el impacto humano. Todos participamos de este desorden ambiental, en nuestra insistente ignorancia de no querer entender nuestro mundo, nuestra casa, nuestra vida”, dice. ¿‘Memoria del agua’? “Es un proyecto de rescate de piezas cerámicas que sobrevivieron al pasaje del alud de barro. Un intento de despertar y mantener activa nuestra memoria siempre frágil. El no respetar y estar en armonía con la naturaleza, con el mundo que nos abriga y nos da forma, expone la desvalorización de nuestra fuente de vida, de nosotros mismos. Cristalicé un momento impreso de la naturaleza en objetos de uso diario, momento-mensaje que podría ser simple de comprender y aprender, pero que es automáticamente negado, ocultado y olvidado.”