La ley de paridad, aprobada esta semana en Diputados, tiene un profundo contenido de transformación social porque lo que hace  es incorporar a las mujeres al espacio público compulsivamente, de modo de destruir ese contrato sexual originario de las sociedades modernas que relegaron a las mujeres de los espacios públicos y de las decisiones en políticas.

Esta es una ley que no surge a partir de una iniciativa parlamentaria particular de un grupo de legisladores o legisladoras determinadas, sino que es producto de la demanda social, por eso digo que es una ley que se discute adentro, pero que se ganó afuera. Y se ganó con la marea feminista que viene desde hace unos años cuestionando la discriminación en todos los ámbitos, esa marea que entiende que el 30% de cupo femenino se convirtió en un techo y no en el piso que supo ser cuando allá por los ´90 la logramos. Esta ley también es producto de lo que vemos en la academia, que se cuestionan los acosos sexuales y la autoridad patriarcal, del #cuentalo, del #MeeToo, el No nos callamos más. Porque si hay algo que va a cambiar el estado de cosas, es mover esa base, que relega a las mujeres al ámbito privado y se vale de estrategias discriminatorias para negarnos nuestros derechos.

Quiero remarcar que esta no es una ley contra los varones, y que hacemos nuestra la consigna feminista que dice que "Cuando las mujeres avanzan, ningún hombre retrocede", porque es una sociedad que será mucho más justa y mucho más igual. Nadie retrocedió en derechos cuando allá por el año 1947 logramos el voto femenino, ni tampoco nadie retrocedió en derechos cuando en el 90 sancionamos la ley de cupo. Lo que vamos a ver en el 2019 cuando esta cámara renueve su composición, es una legislatura que va a expresar más acabadamente las demandas sociales y una legislatura igualitaria para una sociedad mas justa.

 

* Diputada provincial interbloque Igualdad