El extesorero del PP Luis Bárcenas ingresó hoy por segunda vez a la cárcel de Soto del Real (Madrid), donde ya estuvo detenido 19 meses a causa del caso Gürtel. Esta vez, la Audiencia Nacional lo envióa de forma provisional, ya que la sentencia que lo condena por delitos de corrupción y de evasión fiscal eleva la pena total a 33 años de prisión.

El tribunal considera que en Bárcenas se ha incrementado el riesgo de fuga, “máxime teniendo en cuenta el entramado financiero y societario organizado para la sustracción de sus fondos, y que de parte de ellos no se ha conseguido su localización”, por lo que ordena su encarcelamiento para evitar que escape.

Los mismos argumentos ha utilizado el tribunal para enviar a prisión al exalcalde de Majadahonda (Madrid) Guillermo Ortega. El tercero en pasar la noche en Soto del Real será el exconsejero de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid Alberto López Viejo, para el que el Tribunal reprocha que dispuso de sus fondos “poniéndolos a buen recaudo en cuentas suizas”, por lo que a fin de evitar su fuga acuerda su ingreso en prisión.

Bárcenas ha sido condenado a un total de 33 años y 4 meses de cárcel, pero la sentencia no es firme y es recurrible ante el Tribunal Supremo. Por su parte, Ortega ha recibido unas penas totales de 38 años y 3 meses, y López Viejo 31 años y 9 meses.

Para otros ocho condenados en el caso Gürtel, en concreto en la pieza de los negocios de la primera época de la trama, el tribunal ha decidido resolver el miércoles si ordena el ingreso en prisión de todos ellos, tal y como ha pedido la Fiscalía en las audiencias.

Además de para Bárcenas, Ortega y López Viejo, la Fiscalía han pedido que ingresen en prisión provisional la mujer del extesorero, Rosalía Iglesias (condenada a un total de 15 años) y el exalcalde de Pozuelo y exmarido de Ana Mato, Jesús Sepúlveda (14 años y 4 meses).

También han reclamado prisión para la exmujer de Francisco Correa, Carmen Rodríguez Quijano (14 años y 8 meses); el exedil de Estepona Ricardo Galeote (7 años y 10 meses); el contable de la trama, José Luis Izquierdo (17 años y 7 meses); el testaferro de Gürtel Antonio Villaverde (8 años y 2 meses); el exedil de Majadahonda Juan José Moreno (15 años y 2 meses), y el exviceconsejero madrileño Carlos Clemente Aguado (5 años y 9 meses).

Durante las audiencias, que se han celebrado de forma individual ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, la Fiscalía ha pedido para otros tres condenados la retención del pasaporte y comparecencias periódicas en el juzgado. Son los casos del exdiputado del PP Jesús Merino (3 años y 7 meses); la mujer de López Viejo, Teresa Gabarra (4 años); el testaferro de Bárcenas, Iván Yáñez (3 años), y el asesor de López Viejo, Pedro Rodríguez Pendás (3 años).

La salida de los tres políticos a bordo de un furgón de traslado de presos ha coincidido con la salida a pie de la esposa de Bárcenas, Rosalía Iglesias, acompañada de los abogados del matrimonio. Acosada por las cámaras y al ver el furgón, la esposa de Bárcenas ha dado la vuelta y se ha cubierto el rostro: “No, por favor”, ha rogado a los periodistas.

Iglesias es considerada el talón de Aquiles del extesorero del PP, de tal manera que ha enviado mensajes a quien pueda oírle de que su encarcelamiento podría ocasionar que tirara de la manta, que revelara presuntas pruebas que tendría contra altos cargos de su partido respecto a supuestos cobros de dinero en B de la caja del PP que manejaba y que la sentencia considera que existía al menos desde 1989.

En la espera, la mujer de López Viejo ha tenido un ataque de llanto cuando se ha enterado de que su marido entraba en prisión, al igual que su hijo, que se ha despedido de su padre llevándole la ropa en una bolsa de deportes.

Bárcenas salió de Soto del Real el 22 de enero de 2015 tras abonar la fianza de 200.000 euros que le impuso la Audiencia Nacional en el caso Gürtel. En dicho centro penitenciario se encuentran también ingresados Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, investigados por el Supremo por su vinculación con el proceso independentista catalán.​

 

Por Julia Pérez, de Público de España, Especial para Página/12