Las profundas divisiones al interior del gobernante Partido Colorado de Paraguay, de derecha, obstaculizan el camino al Senado del renunciante presidente Horacio Cartes y lo obligan a continuar negociando después de que el Congreso bicameral no lograra reunir ayer el quorum necesario para aceptar su renuncia.

El lunes, Cartes presentó su renuncia con la idea de acceder a una banca en el Senado que obtuvo en las elecciones del 22 de abril. Sin embargo, la Constitución paraguaya establece que los presidentes salientes serán senadores vitalicios, con voz pero sin voto, de allí la resistencia de muchos legisladores, incluso oficialistas, a dar su voto para allanar el camino de Cartes al Senado. La falta de quorum dejó en evidencia las profundas diferencias entre el movimiento “Honor Colorado”, de Cartes, y “Colorado Añeteté”, del presidente electo Mario Abdo Benítez.

Tras las internas partidarias de diciembre, los principales dirigentes “colorados” de Paraguay pregonaron e impulsaron un simbólico “abrazo republicano” que sellara la unidad rumbo a las elecciones de abril.

Esas primarias las ganó Abdo Benítez, y Cartes se sumó a la campaña electoral, insistiendo en la importancia de la unidad y la gobernabilidad en caso que Abdo Benítez llegara a la presidencia en las elecciones de abril. Eso fue lo que finalmente ocurrió y cuando Cartes esperaba una devolución de ese gesto con el apoyo a su acceso al Senado, Abdo Benítez, quien asume el 15 de agosto, dio libertad de acción a sus legisladores, quienes ayer se ausentaron de la sesión extraordinaria de las dos cámaras. Pedro Alliana, presidente del Partido Colorado y afín a Cartes, habló de traición, pero el influyente senador Juan Carlos Galaverna, del

“Movimiento Añeteté”, aunque admitió la división, cree que todavía hay posibilidades de un entendimiento. “Todo es muy dinámico y hasta vertiginoso en nuestra política”, dijo Galaverna ayer después de la frustrada sesión del Congreso, que no fijó una nueva fecha para tratar la renuncia del presidente Cartes.  Alliana, dijo que la formación dialogará con legisladores de todos los sectores del oficialismo en Paraguay para volver a tratar en el Congreso la renuncia a la Presidencia de Horacio Cartes, donde ayer no fue abordada debido a la falta de quórum. “Se estaría hablando con los líderes, los referentes del movimiento Colorado Añetete y Honor Colorado, especialmente con los senadores, para saber cuándo podríamos convocar de vuelta a una sesión del Congreso, para tratar la renuncia del presidente de la República”, dijo Alliana. 

Las negociaciones serán contrareloj, ya que la controversia debe zanjarse antes del 30 de junio, dia en el que jurarán los nuevos senadores y diputados electos en abril, quienes iniciarán una nueva legislatura el 1 de julio. Todo este problema tiene su nudo en intereses políticos y en interpretaciones de la Constitución y las leyes de Paraguay. 

El artículo 189 de la Carta Magna establece que los ex presidentes, electos democráticamente, serán senadores vitalicios –con voz pero sin voto– salvo que hubiesen sido sometidos a juicio político y hallados culpables. Sin embargo, quienes apoyan al mandatario se basan en un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia del 11 de abril que generó mucha polémica también.

La máxima institución de Justicia de Paraguay rechazó ese día un recurso de inconstitucionalidad, presentado por el centrista y opositor Partido Encuentro Nacional (PEN) contra la candidatura de Cartes al Senado. Ese fallo de la Corte es interpretado como un aval a la candidatura de Cartes.

Horas después de la frustrada sesión de ayer del Congreso, el presidente Cartes dio una señal sobre lo que puede pasar en el complejo panorama político paraguayo.

En su cuenta de Twitter, el mandatario escribió: “Volvimos en el 2013 y como colorados dimos lo mejor de nosotros por el país. Estuvimos juntos en las elecciones y debemos estar juntos ahora. Juraré como senador cuando votemos juntos los colorados”.

De ser aprobada la renuncia de Cartes, la Presidencia recaerá hasta el 15 de agosto en la vicepresidenta, Alicia Pucheta, que se convertiría en la primera mujer paraguaya en ocupar la jefatura del Ejecutivo.