La sesión del Senado que le puso un freno al tarifazo no sólo dejó un golpe para el Gobierno, que tuvo que salir a vetar la ley y poner en juego parte de su capital político, sino que abrió un interrogante sobre el futuro de la relación entre el Congreso y el Ejecutivo. Plagada de mensajes políticos, cruces picantes y chicanas, la votación terminó pasada las 3 de la mañana con un resultado bastante cómodo para el proyecto opositor: 37 votos a favor, 30 en contra y 5 ausentes. Durante los cierres de bloque, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner le dedicó varios párrafos a la titular de la Cámara, Gabriela Michetti, a quien le reprochó en la cara su voto en contra de la estatización de YPF y le recordó que dejaron al Gobierno sin ley de presupuesto en 2010. Tuvo incluso tiempo para reivindicar la construcción de seis generadoras térmicas que llevaron nombres como Belgrano, San Martín o Guillermo Brown. “Les pusimos los nombres de los próceres porque nosotros somos así, nos gusta la patria. Por ahí, cuando las hagan ustedes, pónganle, no sé, Puma Salvaje, el Yaguareté Mimoso”, soltó CFK en alusión al reemplazo de las figuras patrias en los billetes por animales autóctonos. 

Una de las primeras sorpresas de la sesión de ayer fue la ausencia del senador Adolfo Rodríguez Saá, que en los últimos tiempos había mantenido una línea crítica del gobierno nacional. El ex gobernador de San Luis estuvo en el inicio de la sesión pero viajó hacia su provincia por la tarde sin dar mayores explicaciones. En el peronismo lo interpretaban en clave provincial: “el adolfo” está pensando en su campaña para volver a ser gobernador y no quería darle ventaja a su principal competidor, el también senador Claudio Poggi, quien rechazó el proyecto con el argumento de que mantiene beneficios a la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, en detrimento de distritos como el suyo. 

Otro peronista que no jugó con la oposición fue el salteño Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador Juan Manuel Urtubey. Si bien no se ausentó, utilizó una estrategia similar a la de Rodríguez Saá: el silencio. No habló en el recinto ni dio declaraciones. Fue el único de los 24 integrantes del interbloque Argentina Federal que votó en contra.

Si bien la presión sobre los gobernadores tuvo poco o casi nulo efecto en la sesión, hubo una legisladora peronista que pegó el faltazo. Se trata de la sanjuanina Cristina López Valverde, que responde al mandatario Sergio Uñac. Sin embargo, el hermano del jefe provincial, Rubén Uñac, acompañó el la iniciativa opositora. 

Los senadores misioneros, Mauricio Closs y Magdalena Solari Quintana, también se ausentaron. Closs fue gobernador y juega un delicado equilibrio con la Casa Rosada. Ya había anticipado que no apoyaría ninguna de las dos posturas, lo que terminaba beneficiando al gobierno nacional.

Otro ex gobernador que tomó protagonismo durante la sesión fue José Alperovich. No por su voto, en línea con el bloque justicialista, sino por un furcio en medio de su discurso. “Nadie quiere que le vaya bien al Presidente”, dijo, provocando la reacción inmediata en las redes sociales. Horas más tarde, el senador salió a aclarar: “Quiero disculparme con el señor Presidente; tuve un furcio en mi alocución. Lo que quise decir es que nadie quiere que le vaya mal al Presidente. Yo soy un hombre de bien, y quiero que a él le vaya bien porque al país le va a ir bien”, agregó en declaraciones a la cadena CNN. 

Hasta último momento estaba en duda la actitud del ex presidente Carlos Menem, que dio el presente al momento de iniciarse la sesión, pasadas las 14 horas y no se lo vio más. Finalmente, a la madrugada reapareció para votar, rompiendo así con dos de sus más largas tradiciones: no asistir a las sesiones y acompañar al oficialismo de turno. Fuentes parlamentarias aseguran que pesó más la lealtad y la larga amistad que tiene con el jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto.

La intervención final de Pichetto fue de las más esperadas de la noche, junto a la de CFK. Al arrancar, el senador por Río Negro se encargó de marcar sus diferencias con la líder del FpV-PJ. Cuestionó las “referencias personales” (en referencia a los cruces de la ex presidenta con Gabriela Michetti) y ensayó una suerte de autocrítica: “en el proceso anterior nos dedicamos a emitir y a lastimar nuestra moneda”, afirmó.