El Palacio de Hacienda desea cerrar cuanto antes el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Las negociaciones con el organismo que encabeza Christine Lagarde avanzan pero los términos del stand-by excepcional y sus condicionalidades todavía no están definidos. 

“Esperamos novedades en las próximas dos semanas”, indicaron ayer desde el ministerio que encabeza Nicolás Dujovne. Incluso cuando el gobierno argentino y los técnicos del FMI terminen de precisar los detalles del ajuste fiscal y las reformas estructurales a las que estará supeditado el acuerdo por más de 30 mil millones de dólares todavía restará el visto bueno de los directivos del Fondo. La magnitud del recorte en el gasto que, según trascendió, acompañará al crédito asciende a los 200.000 millones de pesos anuales. 

“Ni la flotación cambiaria ni la reducción del gasto primario que constituyen las recomendaciones tradicionales del recetario del FMI y a las cuales adscribe el Gobierno representan soluciones para los problemas macroeconómicos más acuciantes de la Argentina”, sostiene el último informe de FIDE donde la ex banquera central Mercedes Marcó del Pont advierte que “el flanco más débil está vinculado con el desequilibrio externo que, desde el inicio de la actual gestión, se ha profundizado notablemente, producto del esquema de apertura financiera y comercial”.