La primera ministra, Theresa May (foto), aceptó ayer mantener al Reino Unido sujeto a las leyes aduaneras de la Unión Europea (UE) sólo por un período limitado de tiempo después de la salida del bloque, luego de las amenazas de renuncia del ministro a cargo del Brexit, David Davis.

Los ministros acordaron, así, un año más de transición después de que el país abandonara la Unión Europea para ayudar a evitar una frontera dura en la isla de Irlanda, entre la república independiente y la parte norte que se encuentra dentro del Reino Unido. Londres propondrá el acuerdo aduanero, conocido como plan de respaldo, para garantizar que las personas y los bienes puedan moverse entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda después que el Brexit entre en vigor en marzo del próximo año.

El acuerdo buscó garantizar que el ministro británico del Brexit no renuncie al gabinete. Davis había exigido que la continuidad de la Unión Aduanera europea no durara indefinidamente y, finalmente, logró convencer a May de que pusiera una fecha de vencimiento: 2022. Este año extra se suma al ya acordado período de transición que durará hasta el 2019, casi dos años después de la partida del Reino Unido de la UE.

Según señalaron medios británicos, la renuncia de Davis hubiera precipitado la salida en masa de los principales ministros del gabinete partidarios del Brexit, entre ellos su ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson.

May enfrentó hoy una revuelta de ministros de su gabinete euroescéptico, quienes temían que el país quedara dentro de la Unión Aduanera europea indefinidamente después del Brexit.

De acuerdo al Times de Londres, los ministros y diputados impulsores del Brexit, incluido Davis, estaban preocupados de que no hubiera un límite de tiempo. Sin embargo, tras tensas reuniones y la insistencia de Davis, May aceptó poner una fecha límite.

La premier remitió de inmediato la propuesta a la UE y con eso espera haber puesto punto final a la crisis de gabinete. El principal negociador de la UE, Michel Barnier, recibió con satisfacción la publicación de la propuesta británica y planteó en un tuit, tres preguntas que sugieren que tiene dudas sobre su viabilidad. “Lo analizaremos con tres preguntas: ¿Es una solución factible para evitar una frontera difícil? ¿Respeta la integridad del mercado único y la unión aduanera?¿Es un plan para todas las contingencias?”, se preguntó Barnier.