Pipi Piazzolla apoyó los palos. Se alejó de la batería por un momento, al menos físicamente, y se puso a pensar en cómo podría ser un festival de jazz en un espacio articulado como el del bellísimo Xirgu Espacio Untref. Pensó que los distintos ambientes se podían prestar para distintas maneras de vivir lo mismo y así concluyó que el foyer, el café y, naturalmente, la sala, pero sin butacas, serían los puntos de circulación para el variado recorrido que propone la primera edición del Xirgu Jazz Festival, que tendrá lugar en el teatro de Chacabuco 875 hoy desde las 20.

Impulsada por la Universidad de Tres de Febrero y curada por el mismo Piazzolla, la programación del Xirgu Jazz Festival incluirá al Dúo Intersección –integrado por el pianista Nicolás Guerschberg y el saxofonista Gustavo Musso–, el Sergio Verdinelli Trío, el trío eléctrico del tecladista Hernán Jacinto y la orquesta de Mariano Otero, además de una mesa redonda a cargo del crítico e investigador Sergio Pujol y la participación de DJ Inca. “Me sorprendió y me encantó que me hayan convocado para la selección de los artistas de este festival. El Xirgu es un lugar maravilloso y apenas lo vi pensé que sería bueno disponer de los varios espacios que tiene para que encuentro tenga alguna forma de movilidad, una dinámica distinta a la de un concierto”, dice Piazzolla, también a cargo de la curaduría artística de Experiencia Piazzolla, que tendrá lugar en septiembre en la Ciudad Cultural Konex. “No es que uno toca menos por ocuparse de estas cosas, al contrario, terminan funcionando como estímulo. Entiendo la posibilidad de programar como un punto desde el que se puede aportar algo. Me gusta mucho hacerlo y en general trato de estar actualizado respecto a la música que circula. Siempre fui un tipo curioso de los distintos géneros y sus continuas actualizaciones y en los últimos tiempos, hacer radio me dio una gimnasia particular para eso”, agrega el baterista, que conduce el programa Angulos, los lunes de 20 a 22 por Nacional Rock. 

Con un “pase libre” de $300 –$250 a través de Plateanet– el Xirgu Espacio Untref propone un festival relámpago: breve, intenso y articulado. Si bien se sabe que el jazz es un arte de tiempos flexibles, la condensación de la grilla apunta horarios precisos. El programa señala que a partir de las 20, DJ Inca creará ambiente en el foyer, donde enseguida actuará el dúo Intersección. A las 21, ya en la sala, el baterista Segio Verdinelli, junto a Ernesto Jodos en piano y Mauricio Dawid en contrabajo, concluirán el tramo inicial del festival, antes de que a las 21.40, en el café del teatro, Sergio Pujol hable de historia y presente del jazz argentino. El segmento final, desde las 22.15 estará a cargo del trío de Hernán Jacinto, en piano y teclados, Pablo González en batería y NordDrum, y Andres Pellican en bajo, antes del cierre, DJ mediante, con la orquesta de Mariano Otero. Después del final, pasada la medianoche, los irreductibles de siempre podrán dar el tranco postrero con más tragos, música ambiente y, si pinta, dancing en el foyer. “También habrá una muestra del Club del Disco, un sello que se ocupa de la música de calidad en la Argentina, la música experimental y artesanal, como la hacemos nosotros”, cuenta Piazzolla.

Acerca de los criterios de su selección artística para este festival, Piazzolla no tiene dudas: “Apunté a un jazz actual, con la idea de que sea posible reunir al público de siempre, pero también a atraer a una audiencia más joven. Es mucha la música poco elaborada que nos rodea, lo que nos dan los medios en general es poco atractivo en este sentido. Por eso es importante tratar de llegar a los jóvenes, poder nutrirlos con alternativas de calidad, como las que estarán el festival”, asegura el baterista. Y enumera algunas de esas alternativas: “Verdinelli es un músico muy amplio, que ha trabajado con los mayores exponentes del jazz argentino y también los del rock, y su trío es un excelente ejemplo de los principios de comunicación en el jazz. Hablando de versatilidad, Hernán Jacinto se mueve entre un trío acústico y el eléctrico que va a presentar y en ambos casos logra una identidad distinta, pero muy precisa. El cierre con una orquesta me parecía fundamental y la de Mariano Otero llega justo, porque además de estar integrada por músicos como Juan Cruz de Urquiza y Richard Nant en trompetas, Rodrigo Domínguez y Ramiro Flores en saxos, prácticamente no actuó en Buenos Aires con esta música. Acaban de grabarla para un disco que saldrá en pocas semanas”.

–¿Qué virtudes encuentra en la escena del jazz actual en la Argentina?

–La principal virtud es que a pesar de todo se siguen haciendo cosas nuevas y son muchos los proyectos que salen adelante. Por otro lado, hay lugares para tocar. Seguramente harían falta más, pero los que existen funcionan y eso es importante. Creo que el jazz que se hace en la Argentina poco a poco ganó su lugar, y eso tiene que ver con que ya no es la reproducción o la copia del jazz central, sino que logró una identidad propia, un sonido con matices locales. Definitivamente, el jazz dejó de ser un género para una elite y en la actualidad toca distintas sensibilidades. La prueba es que tenemos un festival nuevo y si bien esta primera edición es breve, tiene seguramente grandes posibilidades de desarrollo.

–¿Y defectos?

–Lo negativo es que hay gente a la que no le gusta que en el jazz se involucren otras músicas, que se abran las perspectivas a la inclusión de otros estilos, otras tradiciones. Todavía hay quienes invocan un purismo del jazz, algo que ya no es posible ni en Estados Unidos, donde nació el género. El jazz está hecho de libertad y de inclusión, su tradición representa la unión de razas. Venir ahora a poner este tipo de muros acá, es una macana.