Los miembros del espacio Alejandro Almeida se reconocen kirchneristas y reivindican lo logrado en esos gobiernos, aunque plantean críticas.

–Ustedes, además de paliar una situación económica muy difícil, se plantean una construcción política. 

–Sí, apostamos a eso. Pero a una construcción distinta, que nos empodere. No queremos larguísimas reuniones en la que discutamos cargos y la coyuntura. Queremos objetivos concretos.

–¿Por ejemplo?

–Con Nuestra Señora de la Sonrisa, lo primero fue dar productos para vender. Después, los cursos para que aprendieran a producir. Mientras hacen el curso, reciben una beca de 3500 pesos. Y están trabajando los equipos de docentes, abogados, y nos planteamos que tenemos que armar las cosas para que puedan seguir estudiando (o empezar, depende de cada caso). Y a la vez estamos con la guardería.

–Bueno, pero eso va a llevar un tiempo...

–Sí, lleva tiempo. Pero como es necesario, ya empezamos. Y no nos quedamos sólo en analizar la cuestión. A partir de encararlo como un proyecto para hacer y no sólo para pensar, empezaron a aparecer las soluciones. Los cumpas de Ruca Ituza se comprometieron a dirigir y centralizar la construcción de la guardería. Y ya están llegando las primeras chapas y ladrillos. 

–¡Qué capacidad de concreción!

–Es que una de las críticas que nos hacemos es que durante nuestros gobiernos no hubo un cambio real de cabeza, muchos cumpas no asimilaron el tema del esfuerzo y el compromiso. Nosotros no queremos que nos regalen nada ni queremos regalar. Y también nos negamos a robarles a los demás. Por eso insistimos tanto en vender nuestros productos a un precio justo. Tenemos que salir de la lógica capitalista y no dejar que nos corrompa. Porque lo importante es apropiarnos de nuestro destino.

–¿Y cómo financian los proyectos?

–Con nuestro laburo, con nuestro esfuerzo. Las máquinas para las panificadoras las sacamos a pagar. Y si bien al principio todos ayudamos, cada emprendimiento de los que vamos armando es responsabilidad de los que lo manejan.