A tres días del tratamiento del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en Diputados, la mesa de Mirtha Legrand fue escenario este mediodía de un debate sobre el tema entre las actrices Jorgelina Aruzzi y Angela Torres, la panelista Analía Franchín y la cantante Marcela Morelo.

Aruzzi y Torres sentaron posición concurriendo al almuerzo con un pañuelo verde en la muñeca. La discusión comenzó después de que Marcela Morelo dijera que le costaba ponerse el pañuelo verde porque adoptó a tres hermanos nacidos de una mujer que decidió llevar a término un embarazo no deseado.

"La creencia no puede estar por encima de la ley –le respondió la actriz Jorgelina Aruzzi, que actualmente integra el electo de 100 días para enamorarse-. Les pedimos a los legisladores que piensen en las mujeres que mueren, madres trabajadoras, niñas violadas”.

Enseguida, Analía Franchín tomó la posta del discurso llamado pro-vida: “No le creo la postura a algunas porque hoy es ‘cool’ estar a favor de la legalización”. “No creo que sea cool, creo que nos estamos uniendo y luchando”, le contestó la joven nieta de Lolita Torres.

“No es que esté a favor ni en contra”, relativizó entonces Franchín, para después aclarar: “Cuando vas por la panamericana y ves la ecografía en la semana doce de una personita totalmente formada se te estruje el corazón”. Y siguió: “Cuando escucho a una actriz que dice que acompañó a cualquier amiga a abortar” suena “como si la hubiera acompañado a depilarse”, fue el segundo razonamiento de Franchín.

“Yo estoy en contra del aborto”, agregó Mirtha Legrand al interceder en la discusión. La respuesta de Aruzzi fue contundente: “Entonces, no aborte, Mirtha”.

“Si tu mamá te hubiera abortado, no estarías acá”, dijo Mirtha recurriendo a uno de los usuales argumentos contrafácticos.

“¿Cómo se va a financiar? Eso cuesta fortuna”, cuestionó hacia el final del debate Legrand. “Más cuesta fortuna cuesta una mujer financiada en un hospital. Por ahí una madre de familia que no puede seguir sosteniendo su casa decide ir con una aguja de tejer a abortar, cuando gracias a una pastilla esa madre seguiría viva”, cerró Aruzzi.