Las fuerzas del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y de su ex adversario Martín Lousteau comenzarán hoy a negociar un acuerdo para formar Cambiemos porteño. De la conversación formarán parte integrantes del PRO, de la Coalición Cívica y del radicalismo. El acuerdo al que buscan llegar implicaría permitirle al ex embajador en Washington competir en primarias con Larreta en 2019. No obstante, los radicales presentaron un proyecto ayer para que las elecciones porteñas sean separadas de las nacionales, mientras que el PRO claramente busca que el acuerdo incluya el apoyo de todas las fórmulas a la reelección de Mauricio Macri, para lo cual los comicios locales deberían hacerse junto con los nacionales.

En febrero, antes de sufrir la corrida cambiaria y la caída de su imagen, el presidente Mauricio Macri ya tenía la idea de unificar las elecciones nacionales y las porteñas y sumar a Lousteau bajo su lista presidencial. Luego de que Daniel “El Tano” Angelici cerrara un acuerdo con Enrique “Coti” Nosiglia, Macri llamó a este último y le dijo: “Ya lo convencí al Pelado”. No era tan así: el Presidente le había planteado su estrategia al jefe de gobierno porteño en el viaje que hicieron a Davos y en una reunión que tuvieron en Villa La Angostura. Larreta, si bien se mostró abierto a explorar un acuerdo con los radicales, se resistió todo lo que pudo.

Pasaron los meses, pasó la “turbulencia” y, si había necesidad de llegar a ese acuerdo en febrero, ahora hay más. Ayer, en un encuentro de la mesa nacional de Cambiemos en Casa Rosada, se resolvió avanzar en negociaciones. “Vamos a buscar replicar en la Ciudad el acuerdo nacional”, señalaban en el PRO. La Ciudad de Buenos Aires es el único distrito donde no existe, hasta ahora, la alianza entre PRO y el radicalismo.

Las negociaciones comenzarán hoy con un almuerzo. Será el primer paso, no el cierre del acuerdo. Al convite asistirán el vicejefe del gobierno, Diego Santilli, el vicepresidente primero de la Legislatura, Francisco Quintana, ambos por el PRO. A ellos se sumarán los dos referentes de confianza de Elisa Carrió: Maximiliano Ferraro y Paula Oliveto. Lilita había cuestionado el acuerdo Angelici-Nosiglia, lo que retrasó las negociaciones. Por la UCR, asistirán el actual titular del radicalismo porteño, Guillermo De Maya, y su antecesor, Emiliano Yacobitti. Lousteau no tendrá emisarios propios, sino que negociará a través de los radicales. “Es un acuerdo de los partidos”, indicaban en el macrismo.

Si se concreta el acuerdo, implicará el retorno de Lousteau a las filas del oficialismo luego de que dejara la Embajada en Washington para competir en 2017, año en el que salió tercero y perdió la mitad de los votos que había obtenido en la primera vuelta de 2015 (en el ballottage estuvo a tres puntos de derrotar a Larreta). Los macristas le facturarán al radicalismo esta caída en los votos y también a Lousteau –quien no se ve como macrista– sus idas y vueltas. Para muestra, basta una frase que se escuchó ayer en la sede de Parque Patricios del gobierno porteño: “La mujer de Lousteau es una fenómena, todos los años interpreta un papel distinto. Lousteau, en política, hace más o menos lo mismo”.

No obstante, para el PRO, negociar con el radicalismo implicará necesariamente conceder la posibilidad de que Lousteau dispute una interna con Larreta. Para esto, el ex ministro de Economía se afilió a la UCR. “Estamos cerca de cerrar”, indicaba uno de los negociadores. Lousteau podrá acordar esa alianza sin críticas de sus aliados socialistas dado que rompió con Roy Cortina hace tres meses. “El socialismo ya no forma parte de Evolución”, confirmaron en el entorno del legislador. En cuanto a los otros aliados de Lousteau, como Graciela Ocaña o la propia Carrió, hace tiempo que forman parte de Cambiemos. El dirigente de Evolución es el último en arribar.

Si se llegara a un acuerdo y si ambos espacios mantuvieran los apoyos previos, la sumatoria de las fórmulas podría superar el 60 por ciento de los votos en las PASO, algo similar a lo que ocurrió cuando compitieron Larreta y Gabriela Michetti. Macri busca que las dos fórmulas vayan con su boleta presidencial, algo que no está claro si Lousteau está dispuesto a hacer. 

De hecho, ayer el legislador radical Juan Nosiglia presentó un proyecto para mantener separadas las elecciones porteñas de las nacionales, es decir, lo opuesto a lo que buscan cerrar en el acuerdo los macristas. El proyecto plantea que las elecciones sean en una fecha fija (hoy la define el jefe de gobierno): el segundo domingo de junio. También plantea la boleta única en papel en lugar del voto electrónico. En el entorno de Nosiglia no confirmaron si se trata de una estrategia para negociar con el PRO. “El proyecto incorpora una fecha fija de elecciones para evitar la discrecionalidad”, dijo Nosiglia. Es difícil que los macristas acepten esa condición como parte del acuerdo.