El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote español, Jordi Bertomeu, llegaron ayer a Santiago de Chile enviados por el papa Francisco para mantener nuevas reuniones con las víctimas de abusos sexuales cometidos en el ámbito de la Iglesia. Bertomeu declaró a los periodistas que llegaba para pedir perdón en nombre del Papa y que el objetivo de la visita era escuchar a las víctimas. La visita ocurre un día después de que el pontífice aceptara la renuncia de tres de los 34 obispos chilenos que en mayo pasado habían presentado su dimisión en el Vaticano. “Tenemos que dejarlo en sus manos, pero estamos expectantes de que se va a solucionar muy bien”, respondió el sacerdote español acerca de las renuncias de obispos. Scicluna y Bertomeu permanecerán en Chile hasta el 19 de junio, y entre el 14 y 17 viajarán a Osorno, a 900 kilómetros al sur de la capital, en la que ejercía como obispo Juan Barros, uno de los religiosos a quien Francisco le aceptó la renuncia en momentos en que se lo investiga por encubrir casos de abusos a menores. Barros se despidió el lunes con una carta en la que pidió que lo disculparan, lo que causó el rechazo de diversas asociaciones.